El jinete del dragón (2020)

“El jinete del dragón” (How to Train Your Dragon) es mucho más que una película de animación; es una oda a la aceptación, la valentía y la desmitificación. Phil Lord y Chris Miller, conocidos por su trabajo con “21 Jump Street”, nos presentan una historia sorprendentemente profunda, envuelta en un espectacular despliegue visual y una banda sonora contagiosa. De entrada, la premisa –un joven vikingo, Hikki, que rechaza la caza de dragones y forma una improbable amistad con uno – – es refrescante y rompe con los clichés del género de fantasía tradicional. Se abre paso entre el ruido y el espectáculo de la industria, ofreciendo un corazón tierno y una reflexión sobre el prejuicio.

La dirección de Matt Thompson y Tommy Oestrild es magistral. Logran equilibrar a la perfección las escenas de acción vertiginosas, llenas de coreografías impresionantes y efectos especiales de vanguardia, con momentos de intimidad y humor que conectan emocionalmente con el espectador. La película hace un uso excepcional del color y la composición, creando un mundo visualmente rico y vibrante, desde las montañas escarpadas de Berk hasta la exuberante vegetación del Bosque Negro. Se nota una clara influencia de la estética nórdica, no solo en la mitología sino también en la arquitectura y la moda, que aporta una autenticidad convincente al mundo de la película.

Las actuaciones de los personajes es otro de los puntos fuertes de la película. Jay Baruchel ofrece una interpretación encantadora como Hikki, un joven rebelde que lucha por encontrar su lugar en un mundo que le niega. Gerard Butler, como el vikingo Stoick el Viejo, aporta a la vez fuerza y vulnerabilidad a su personaje, transmitiendo un sentimiento palpable de preocupación por el futuro de su pueblo. Pero, sin duda, la verdadera joya de la película es la voz de Jonah Hill como Huxley, el brownie del bosque. Hill, con su peculiar y a veces sarcástico tono, captura a la perfección la personalidad de este peculiar personaje, convirtiéndolo en un alivio cómico memorable y, a la vez, un personaje con una profunda sabiduría.

En cuanto al guion, la película se distingue por su inteligencia y su capacidad para abordar temas complejos de forma accesible para un público joven. La relación entre Hikki y el dragón Toothless es el núcleo de la narrativa y se construye con gran delicadeza, mostrando cómo la amistad puede surgir incluso entre seres considerados enemigos. La película explora el tema de la aceptación y el miedo al desconocido, mostrando cómo el prejuicio y la ignorancia pueden llevarnos a tomar decisiones erróneas y a perpetuar ciclos de violencia. Además, la película no se limita a la fantasía; también ofrece una reflexión sobre la importancia de la familia, la comunidad y el respeto por la naturaleza. El ritmo es dinámico y bien manejado, manteniendo el interés del espectador a lo largo de su duración.

Nota: 8.5/10