El juego de la bruja (2020)

“El Juego de la Bruja” es una película que, a primera vista, podría parecer una simple y efectiva recreación de la fórmula de los juegos de terror de grupo. Y en parte lo es. La premisa, con un círculo de personas sentadas alrededor de velas y contando historias aterrorizadas, es inmediatamente atractiva y evoca recuerdos de clásicos como “La Noche de los Muertos Vivientes” o “Pesadilla en la calle Elm”. Sin embargo, la película, dirigida con un estilo visual inquietante por Adrián García Hinojosa, logra mucho más que una mera evocación; ofrece una atmósfera palpable de opresión y un suspense psicológico que se aferra a la mente del espectador hasta el final.

Lo que distingue a “El Juego de la Bruja” de otras películas similares reside en la construcción del miedo. No se basa en sustos repentinos y baratos, sino en una lenta acumulación de inquietudes. La dirección de arte y la fotografía, con una paleta de colores apagados y sombras que se alargan implacablemente, contribuyen a este ambiente de constante alerta. La banda sonora, con tonos graves y disonantes, refuerza aún más la sensación de que algo maligno se avecina. El uso de la luz y la oscuridad es magistral, creando imágenes que se quedan grabadas en la memoria. No es un cine que te asuste con gritos, sino con una sensación de vulnerabilidad y la certeza de que no estás solo.

Las actuaciones son sólidas en general. El elenco se sostiene bien, pero destaca especialmente Alba Flores, quien interpreta a la figura central del juego y que aporta una intensidad y un misterio que atrapan al espectador. Su interpretación es sutil pero poderosa, sugiriendo traumas pasados y una conexión inquietante con el juego. El resto del elenco ofrece interpretaciones realistas y creíbles, lo que permite al espectador conectar con sus miedos y conflictos internos. Es un trabajo en equipo que favorece el desarrollo del horror.

Sin embargo, el guion, a pesar de su buena construcción inicial, sufre de algunos tropiezos. Si bien la idea central es buena, la evolución de los eventos a medida que avanza la película se vuelve un tanto predecible. Algunos de los “eventos extraños” que se describen, aunque visualmente interesantes, no llegan a estar del todo justificados en el desarrollo de la narrativa. La resolución, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada y ofrecer más respuestas a las preguntas planteadas. Además, la película se basa mucho en lo que se sugiere y lo que no se muestra, lo que puede resultar frustrante para algunos espectadores. Se podrían haber profundizado en los trasfondos de los personajes para enriquecer la experiencia.

A pesar de sus pequeñas fallas, “El Juego de la Bruja” es una película recomendable para aquellos amantes del terror psicológico que buscan una experiencia perturbadora y atmosférica. No es una película fácil de ver, pero ofrece una exploración fascinante de los miedos, las obsesiones y el poder de las historias. Es una película que te hará pensar en ella mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.

Nota: 7/10