El juicio de los 7 de Chicago (2020)

“El Juicio de los 7 de Chicago” es una película que trasciende la mera narración de un evento histórico. Se trata de una profunda exploración de la injusticia, la deshumanización y la fragilidad de la democracia, convertida en un drama legal visceral y conmovedor. Dirigida con una sensibilidad que equilibra la urgencia del momento con el detalle del proceso judicial, la película no se limita a relatar lo que sucedió, sino que se sumerge en las vidas de los siete hombres negros acusados de asesinato, lo que nos obliga a confrontar el peso de la raza y el prejuicio en el sistema estadounidense.

La dirección de Aaron Sorkin es impecable. Sorkin, conocido por su prosa brillante y diálogos rápidos y tensos, construye un ritmo implacable. La película transita hábilmente entre las conversaciones en el tribunal, los flashbacks que revelan los antecedentes de los acusados y las entrevistas con los abogados. No abusa de la grandilocuencia; la tensión nace de las palabras, de las preguntas incómodas y de la presión constante sobre los siete hombres. El uso del color, especialmente el rojo, sirve como un sutil recordatorio del peligro y la amenaza que representan para estos individuos.

El elenco es excepcional. Daniel Craig ofrece una interpretación sorprendentemente sutil y melancólica como William Young, el abogado defensor que se enfrenta a una presión abrumadora. Sea esto o no, se ve que realmente se siente responsable de sus clientes. Jeremy Strong, como Emmett Till, entrega una actuación que es desgarradora, revelando una vulnerabilidad y un dolor latente. Sacha Baron Cohen, en un papel inesperado, aporta una dosis de sarcasmo y desafío al personaje de Roy Cohn, utilizando su talento para la imitación con un propósito: exponer la hipocresía y la ideología racista que subyacen a la defensa de los siete. Pero el verdadero corazón de la película reside en la interpretación de John David Washington como Samuel Green, un hombre que busca proteger a su familia a toda costa, mostrando una mezcla de determinación y desesperación que resuena profundamente.

El guion, adaptado de los libros de Richard Rhodes y Stephen Ambrose, es una maravilla. Sorkin, junto con el equipo de guionistas, ha logrado condensar un evento complejo en una narrativa cinematográfica accesible y estimulante. Sin embargo, la película no simplifica la historia. Aunque se enfoca en los juicios, también explora la atmósfera de racismo sistémico que prevalecía en Chicago en la década de 1960, mostrando cómo la policía y el sistema legal estaban sesgados contra la comunidad negra. La película no ofrece respuestas fáciles; más bien, plantea preguntas difíciles sobre la justicia, la responsabilidad y el impacto de la discriminación. Aunque se podría argumentar que algunos diálogos se vuelven un tanto repetitivos, el valor de la conversación y el debate legal es lo que la hace tan cautivadora.

En definitiva, "El Juicio de los 7 de Chicago" es una película importante y esencial, un poderoso recordatorio de la necesidad de vigilar constantemente el sistema de justicia y de luchar contra la injusticia en todas sus formas. Es unánime su mensaje de la verdad: la democracia depende de una justicia para todos, y no solo para algunos.

Nota: 9/10