El libro de las soluciones (2023)

“El libro de las soluciones” es una película que se presenta como un experimento narrativo, una invitación a la introspección disfrazada de comedia negra, y a la que, en última instancia, le falta un punto de equilibrio para que realmente brille. La premisa, la de un director atormentado por sus frustraciones y quien, lejos de las estrategias convencionales de superación, decide canalizar su neurosis en una especie de terapia creativa, es intrigante y ofrece un terreno fértil para explorar la fragilidad del talento y los mecanismos de defensa del artista. Sin embargo, la ejecución carece de la nitidez necesaria para hacerla memorable.

La dirección de Laurent Juberolle es, sin duda, el punto más fuerte de la película. Juberolle nos entrega un tratamiento visual peculiar, que oscila entre lo onírico y lo realista, con planos elaborados y una paleta de colores que refleja el estado mental caótico de Marc. La puesta en escena es meticulosa, creando atmósferas inquietantes y claustrofóbicas que acompañan al protagonista a lo largo de su aislamiento. El director explora a fondo la incomodidad y el desconcierto, lo que se traduce en una experiencia visualmente estimulante, aunque a veces excesiva en su propia intensidad. No obstante, el ritmo es irregular, alternando momentos de calma tensa con explosiones de locura que, en ocasiones, parecen gratuitas.

La película cuenta con un reparto sólido, con una actuación particularmente destacada de Jérémie Renoret como Marc. Renoret personifica a la perfección la persona atormentada y egocéntrica, transmitiendo una mezcla de vulnerabilidad y frustración que resulta convincente. Su interpretación es natural y honesta, lo que permite al espectador conectar con el personaje, a pesar de sus extravagancias. Los actores secundarios, como Sophie Roulier, ofrecen también trabajos decentes, aunque sus personajes no tienen la profundidad suficiente para dejar una impresión duradera. Sin embargo, la trama se centra casi exclusivamente en la evolución de Marc, relegando a los demás a roles meramente complementarios.

El guion, firmado por Juberolle y Jean-Pierre Bellemy, es donde la película más notablemente flojea. La historia es interesante, pero carece de coherencia y profundización. La idea de “El libro de las soluciones” es prometedora, pero la forma en que se desarrolla es confusa y poco satisfactoria. Se intenta jugar con la ambigüedad, sugiriendo que el libro podría ser tanto una herramienta de sanación como una manifestación de la enfermedad mental de Marc. Pero esta ambivalencia, en lugar de enriquecer la narrativa, la vuelve parpadeante y dificulta la conexión emocional con el protagonista. Se introduce una serie de conceptos filosóficos y existenciales, pero sin un análisis o desarrollo adecuado, quedando como adornos superficiales.

En definitiva, “El libro de las soluciones” es una película con potencial, pero que no logra alcanzarlo completamente. Un ejercicio interesante de dirección, respaldado por una buena actuación de Jérémie Renoret, pero lastrado por un guion inconsistente y una falta de equilibrio narrativo. Es una experiencia cinematográfica curiosa, pero no especialmente gratificante.

Nota: 6/10