El libro de las sombras (BW2) (2000)

“El Libro de las Sombras” (BW2) es una película que, en lugar de ofrecer una secuela de terror visceral como su predecesora, se instala en una atmósfera de inquietante incomodidad y suspenso psicológico. Joe Berlinger, conocido por su trabajo en “The Blair Witch Project”, no busca sustos fáciles, sino una lenta inmersión en la paranoia y el deseo desmedido de conocimiento, incluso cuando este resulta ser peligroso. La película se aleja del found footage, adoptando un formato más convencional, aunque manteniendo el espíritu de investigación y la sensación de que la realidad se desdibuja a medida que avanza la trama.

La dirección de Berlinger es notablemente cuidadosa, construyendo la tensión con lentitud y utilizando el paisaje boscoso de Maryland como un personaje más. La cinematografía es deliberadamente sombría y opaca, empleando tomas largas y movimientos de cámara suaves que no buscan una acción frenética, sino que transmiten una sensación constante de vulnerabilidad. A diferencia de la original, “El Libro de las Sombras” se centra mucho más en el desarrollo de los personajes, explorando sus motivaciones, sus miedos y sus obsesiones. La película se beneficia enormemente de la sólida actuación de Jeff Donovan, quien interpreta al investigador principal, un hombre atormentado por el misterio de la bruja de Blair y su incapacidad para dejar atrás su pasado. Su personaje es complejo y conflictivo, y Donovan le otorga una autenticidad y un matiz que le permiten generar empatía en el espectador, incluso cuando sus acciones son cuestionables.

Sin embargo, es aquí donde la película empieza a revelar sus debilidades. El guion, escrito por Berlinger y el equipo, se adentra en territorios un tanto clichés del género de misterio. Las revelaciones, a medida que se acercan a la verdad, se sienten a veces predecibles y la trama, aunque interesante, se pierde en un laberinto de teorías conspirativas que, en última instancia, no llegan a un clímax satisfactorio. Hay momentos de brillantez, sin duda, con diálogos que evocan una atmósfera de inquietud y paranoia, pero la película, en general, carece de la originalidad y el impacto emocional que caracterizaron a “The Blair Witch Project”. El subtema de la obsesión y la locura se explora, pero no se profundiza lo suficiente, quedando como un elemento decorativo más que un motor narrativo central. Se intenta conectar con la leyenda original, pero el resultado es algo desconectado, como una sombra de su predecesora.

No obstante, la película posee un atractivo particular en su atmósfera de incertidumbre. El espectador se siente constantemente en la cuerda floja, preguntándose qué es real y qué es producto de la imaginación de los personajes. La película no busca resolver todos los misterios; en cambio, se deleita en dejar algunas preguntas sin respuesta, lo que genera un impacto duradero y una reflexión posterior. “El Libro de las Sombras” no es una secuela terrorífica, sino una inquietante meditación sobre la búsqueda de la verdad, la fragilidad de la mente humana y el poder destructivo de la obsesión. Es una película interesante, por sí misma, pero que lamentablemente no alcanza el nivel de su antecesora.

Nota: 6/10