“El Libro Negro” es una película que, a pesar de un contexto histórico profundamente doloroso y cargado de significado, no logra alcanzar la profundidad emocional que se esperaría de un relato de resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. La película, dirigida por Alex van Warmerdam, se presenta como una historia de espionaje y seducción, donde la protagonista, Hannah, interpretada con una convicción constante por Stacy Martin, se ve obligada a recurrir a la manipulación y el engaño para lograr sus objetivos. La premisa inicial es intrigante: una joven judía, tras una tragedia familiar, decide abrazar la Resistencia holandesa, y su misión culmina en infiltrarse en el Cuartel General Nazi, no para asesinar, sino para seducir a un alto oficial para obtener información crucial.
Sin embargo, el guion, a menudo, se siente forzado y repleto de situaciones inverosímiles que restan credibilidad a la narrativa. Si bien la necesidad de Hannah de obtener información para liberar a sus compañeros es comprensible, los métodos que emplea para ganarse la confianza del oficial, el ambicioso y presumiblemente peligroso Hauptmann Muller, interpretado por Lorenzo Petroni, resultan caricaturescos y, en ocasiones, abiertamente absurdos. La película no se toma en serio su propia premisa, un atajo que resulta contraproducente y diluye la gravedad del tema central: la lucha contra la opresión y la persecución. La comedia negra, presente desde el principio, se convierte en un paraguas que cubre la falta de profundidad dramática. Las secuencias de infiltración, aunque visualmente interesantes, se ven interrumpidas por diálogos que se sienten más como ejercicios de diálogo innecesariamente sardónicos que buscan aliviar la tensión.
La actuación de Stacy Martin es, sin duda, el punto fuerte de la película. Logra transmitir la desesperación, la determinación y el miedo palpable que debe sentir una joven que ha perdido todo y se encuentra inmersa en un mundo de peligro constante. Su interpretación es honesta y conmovedora, y compensa en gran medida las deficiencias del guion. Petroni, por otro lado, ofrece una actuación reservada, principalmente enfocado en la ambigüedad del personaje. La película, en general, carece de una gran carga emocional. El personaje de Hauptmann Muller, aunque presentado como un hombre con matices, termina siendo unidimensional y, en última instancia, un mero accesorio en la trama.
Visualmente, “El Libro Negro” es competente, aunque no particularmente innovadora. La fotografía y el diseño de producción evocan la atmósfera sombría y opresiva de Holanda ocupada, utilizando colores apagados y una iluminación que contribuye al sentimiento de inquietud. La banda sonora, discreta pero efectiva, complementa la atmósfera. Sin embargo, la película necesita mucho más que una estética cuidada para realmente conectar con el espectador. Supe que se trataba de un esfuerzo por reinterpretar la historia de la Resistencia, pero al final siento que no lo consigue de manera convincente.
Nota: 6/10
