El libro secreto de Henry (2017)

“El libro secreto de Henry” no es un thriller que te mantendrá al borde del asiento, pero sí una comedia familiar con un núcleo emocional que, si bien no es explosivo, resulta sorprendentemente conmovedor. Dirigida con una sensibilidad palpable por Emily Halpern, la película se centra en la dinámica familiar de Susan, una madre soltera que se ve inesperadamente involucrada en los misteriosos eventos que rodean a su hijo Henry y a su nueva vecina, Christina. Halpern logra construir un ambiente de familiaridad desde el principio, presentando una casa llena de vida, con una madre luchando por equilibrar su vida profesional y la crianza de un hijo excepcionalmente inteligente.

El guion, adaptado de la novela homónima de Mark Epstein, se beneficia de un ritmo pausado, un rasgo que, a veces, puede ser visto como un punto débil. Sin embargo, este ritmo permite que los personajes se desarrollen de forma orgánica, explorando sus motivaciones y miedos con una sutileza que evita caer en clichés. La trama, aunque inicialmente parece sencilla, evoluciona con giros inesperados que mantienen al espectador interesado, aunque no necesariamente en estado de suspense. La película se centra más en el impacto emocional de los acontecimientos en los personajes que en la intriga narrativa pura. Es una historia sobre la conexión familiar, el secreto y la aceptación, temas universales que resuenan con fuerza.

Las actuaciones son un punto fuerte indiscutible. Mackenzie Davis, como Susan, ofrece una interpretación matizada y creíble de una madre que lucha por comprender y apoyar a su hijo. Su evolución a lo largo de la película es convincente, pasando de la preocupación a la incredulidad, y finalmente, a la comprensión. El joven Jaeden Martell, quien interpreta a Henry, es excepcional. Su capacidad para transmitir la brillantez y la vulnerabilidad de Henry es asombrosa. Sin embargo, quizás la actuación más sorprendente es la de Lauren Graham como la ex-esposa de Susan. Graham, siempre elegante, aporta una profundidad y una complejidad a su papel, creando una rivalidad con Susan que es a la vez divertida y trágica. La química entre los actores es palpable y contribuye enormemente a la credibilidad de la película.

Visualmente, la película es agradable, sin ser particularmente memorable. La dirección de arte es modesta pero efectiva, con un enfoque en la vida cotidiana y los detalles domésticos. La banda sonora, aunque discreta, complementa la atmósfera emotiva de la historia. En última instancia, “El libro secreto de Henry” no es una obra maestra cinematográfica, pero sí un relato sincero y conmovedor sobre las complejidades de la vida familiar y la importancia de aceptar las peculiaridades de los demás. Es una película que te deja con una sonrisa y un pensamiento reflexivo sobre las conexiones que nos unen.

Nota:** 7/10