
El maquinista (2004)
(EN) · Suspense, Drama · 1h 41m
¿Cómo despertarte de una pesadilla si no estás dormido?

Dónde ver El maquinista
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Sinopsis
Trevor Reznik, un empleado de una fábrica, padece desde hace tiempo un grave problema de insomnio, un mal que él esconde y que le provoca serias alucinaciones. Trevor no duerme desde hace un año. La fatiga le ha comportado un horrible deterioro de su condición física y su salud mental. Repelidos por su aspecto físico, sus compañeros de trabajo primero le evitan, y después se volverán contra él cuando uno de ellos pierde un brazo en un incidente en el que Trevor se ve involucrado.
Ficha de la película
The Machinist
EN
Julio Fernández
Reparto principal de El maquinista
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en El maquinista.
Tráiler Oficial

Nuestra crítica de El maquinista
Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.
El director de este filme, Brad Anderson, se siente muy cómodo con atmósferas opresivas y sombrías como la de "El maquinista", comunes tanto en su filmografía como en las series de televisión en las que ha participado. También contribuye a crear ese angustioso ambiente la increíble labor del protagonista de la película, el actor galés Christian Bale, quien, para meterse en la piel de Trevor Reznik, tuvo que perder 26 kilos, hasta quedarse en unos dramáticos 45 kilos de peso.
Críticas de la película
Opiniones reales de usuarios que han visto El maquinista. Consulta sus valoraciones y comentarios.
“El maquinista” (The Machinist), dirigida por Brad Anderson, es una experiencia cinematográfica visceral y perturbadora que se instala en la mente del espectador de una forma implacable. La película no es un thriller convencional, sino una meditación sobre la soledad, la culpa y la fragilidad de la cordura, ambientada en un entorno industrial opresivo que se convierte en el reflejo directo del estado mental del protagonista. La película se resiste a ofrecer respuestas fáciles, optando por la sugerencia y el simbolismo para comunicar la lenta desintegración de Trevor Reznik, interpretado magistralmente por Christian Bale.
Bale entrega una actuación absolutamente convincente, transformándose físicamente y emocionalmente en un retrato desolador de un hombre al borde del abismo. Su transformación física es notoria y escalofriante, pero lo más impactante es su interpretación del silencio, la mirada vacía, la rigidez en los movimientos. La sutileza de su actuación es admirable; no necesita diálogos para transmitir la angustia y la paranoia que consumen a Trevor. La película explora la manera en que el aislamiento y la privación del sueño corrompen la percepción, y Bale lo capta a la perfección, ofreciendo una de las interpretaciones más memorables de su carrera. La dirección de Anderson logra construir un clima de tensión constante, utilizando la iluminación y la fotografía para amplificar la sensación de desorientación y melancolía. La paleta de colores apagados, el uso predominante del negro y el gris, y la iluminación contrastada contribuyen a la atmósfera claustrofóbica y desoladora del filme.
El guion, co-escrito por Anderson y Bart Freundlich, es inteligente y ambivalente. La narrativa se centra en la experiencia subjetiva de Trevor, presentando los eventos a través de su prisma distorsionado. El misterio central, la naturaleza del incidente que provoca la pérdida del brazo de otro trabajador, se va revelando gradualmente, y la ambigüedad de la resolución es deliberada. No se ofrece una explicación concreta, sino que la película se enfoca en las consecuencias psicológicas del trauma y el impacto de las acciones del protagonista. Si bien algunos críticos han expresado la opinión de que la trama puede resultar confusa o poco resolutiva, considero que esta ambigüedad es precisamente lo que hace que la película sea tan impactante. La película juega con la percepción del espectador, obligándolo a cuestionar lo que es real y lo que es producto de la imaginación de Trevor. El guion, además, se beneficia de la estructura no lineal, alternando escenas del presente con recuerdos fragmentados del pasado, lo que refuerza la idea de que la memoria y la realidad están inseparablemente ligadas.
“El maquinista” no es una película fácil de ver. Es intensa, perturbadora y a veces incómoda. Sin embargo, es una obra maestra del cine independiente, una exploración profunda de la mente humana y una experiencia cinematográfica que perdura mucho después de que los créditos finales han terminado de rodar. La película fuerza al espectador a confrontar la fragilidad de la identidad y la posibilidad de que la realidad sea solo una ilusión.
Nota: 8.5/10
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