El mar del Norte (2021)

“El Mar del Norte” (North Sea) es un thriller psicológico de Hans Erikson que se erige como una pequeña joya para los amantes del cine de suspense y del terror atmosférico. La película, lejos de optar por el impacto visual ostentoso propio de algunos thrillers modernos, elige la sutileza, la tensión latente y la construcción lenta de la amenaza como sus principales armas, generando un impacto emocional que perdura mucho después de que las luces se encienden en el cine. No se trata de una película con sangre y explosiones, sino de una experiencia que te presiona, te incomoda y te hace cuestionar la realidad de lo que estás viendo.

La dirección de Erikson es magistral en su capacidad para aprovechar al máximo el entorno. La costa noruega, con sus aguas frías, sus rocas escarpadas y sus cielos grises, se convierte en un personaje más, un presagio constante de la tragedia que se avecina. El uso del sonido es particularmente efectivo; el rugido del mar, el crujir de la plataforma, el goteo constante del agua, todo se combina para crear una atmósfera opresiva y claustrofóbica, incluso en las escenas aparentemente abiertas. La fotografía, con una paleta de colores predominantemente azul y gris, refuerza esa sensación de frialdad y desolación.

El elenco, encabezado por el veterano Kristoffer Grønbakken en el papel del ingeniero jefe Thomas, ofrece interpretaciones sólidas y realistas. Grønbakken, en particular, entrega una actuación sutil pero poderosa, transmitiendo el peso de la responsabilidad, el miedo y la creciente paranoia a medida que los eventos se suceden. La dinámica entre los personajes, a medida que se enfrentan a la amenaza y a sus propias dudas, es convincente y, a su vez, genera una sensación de incomodidad y desconfianza, elementos fundamentales para el éxito del thriller. Sin embargo, algunas de las escenas secundarias con el personal de la plataforma, aunque necesarias para construir el mundo, carecen de la misma profundidad emocional que las interacciones principales.

El guion, adaptado de un relato de Lars Mytting, se caracteriza por su ambigüedad y su lentitud. La película no ofrece explicaciones fáciles ni soluciones rápidas. Se centra en el proceso de investigación, en la incertidumbre y en el impacto psicológico de la tragedia en los supervivientes. La película explora temas como la responsabilidad, el honor, la obsesión y la fragilidad de la condición humana. La forma en que se desentraña la verdad, paso a paso, es deliberadamente compleja y requiere que el espectador se involucre activamente en la trama. A pesar de su lentitud, el guion evita caer en la redundancia y mantiene un ritmo constante que, paradójicamente, aumenta la tensión a lo largo del metraje. El final, particularmente, es ambiguo y deja al espectador reflexionando sobre la naturaleza de la realidad y la posibilidad de que la amenaza no haya sido realmente superada.

En definitiva, “El Mar del Norte” es una película que requiere paciencia y una mente abierta, pero que recompensa al espectador con una experiencia cinematográfica inquietante, reflexiva y memorable. No es una película para todos, pero para aquellos que aprecien el suspense psicológico, la atmósfera opresiva y las interpretaciones realistas, es una joya por descubrir.

Nota: 8/10