El maullido del gato (2001)

“El Maullido del Gato” (The Silken Web), dirigida por Jack Clayton y basada en la obra de Robert Coover, es una película que se instala en la mente como una inquietante melodía persistente. La película no se ofrece como un thriller polizón, sino como un estudio de paranoia y la fragilidad de la realidad, un descenso lento pero inevitable a la locura. Clayton logra, con una atmósfera opresiva y visualmente impecable, recrear el ambiente sofocante de Hollywood en los años 20, un lugar donde el poder, la ambición y los secretos se entrelazan hasta volverse casi tangibles.

El guion, adaptado de la aclamada novela de Coover, es inteligente y sutil. La historia se centra en la detective Amelia Rosselli (Sarah Polley), contratada para investigar la aparente muerte de Thomas Ince. Pero lo que inicialmente parece un homicidio ordinario se transforma en un entramado de mentiras, manipulación y una verdad mucho más oscura. La película no te entrega la respuesta de forma directa, sino que la presenta fragmentada, a través de la memoria fragmentada de Amelia, de los testimonios contradictorios de los personajes involucrados y de las peculiaridades de la escena del crimen. Esta estrategia narrativa es efectiva para mantener al espectador constantemente en un estado de incertidumbre, cuestionando lo que es real y lo que es producto de la imaginación.

Las actuaciones son, en su conjunto, excepcionales. Sarah Polley ofrece una interpretación magistral como Amelia, transmitiendo la desesperación y la obsesión de la detective. Su personaje es vulnerable, atormentado por su propio pasado y por la complejidad del caso. El resto del reparto, entre ellos Glenn Close, John Goodman y Willem Dafoe, complementa la narrativa con interpretaciones sólidas y convincentes. Notable es la presencia de Willem Dafoe, que, como siempre, aporta una intensidad y un carisma inconfundibles, incluso interpretando a un personaje secundario que contribuye a la atmósfera general de desconfianza.

La dirección de Jack Clayton es, sin duda, el punto fuerte de la película. Su manejo de la narrativa no lineal y la ambientación son sobresalientes. La fotografía, con una paleta de colores apagados y una iluminación sombría, refuerza la sensación de claustrofobia y desasosiego. Clayton utiliza de manera magistral la música y el sonido para crear tensión y anticipar momentos clave. La película no intenta ser explosiva en su ritmo; su fortaleza reside en la construcción de la atmósfera y en la exploración de la psicología de sus personajes. Es una película que te invita a reflexionar sobre la naturaleza de la verdad y la influencia del poder en la percepción de la realidad.

Sin embargo, la película puede resultar algo lenta para algunos espectadores. La deliberada lentitud y la falta de respuestas claras podrían frustrar a quienes buscan un thriller convencional. No obstante, si se aprecia por su ambición artística y su cuidadosa construcción, “El Maullido del Gato” es una película memorable, una joya para los amantes del cine independiente y las narrativas complejas.

Nota: 8/10