El Mediador (2022)

“El Mediador” (The Negotiator), de Richard Donner, es una joya escondida dentro del género de thriller político que, a menudo, se ve eclipsado por producciones más grandilocuentes. Donner, un maestro en la gestión del suspense y el ritmo, construye una narrativa visceral y aterradora que se va desarrollando de manera magistral, poco a poco, como un enredo de telaraña. La película no se centra en explosiones o persecuciones espectaculares; su fortaleza radica en la tensión psicológica y la habilidad de Donner para mantener al espectador en un estado constante de alerta.

William Sharprey, interpretado por Kevin Costner, es un personaje complejo y profundamente humano. Costner ofrece una actuación sólida, transmite con convicción la moral ambivalente de un hombre que ha pasado mucho tiempo operando en la zona gris de la ley. Sharprey es un “mediador”, un agente encubierto que se introduce en situaciones peligrosas para “resolver” problemas, y la película no rehúye en mostrar las consecuencias de sus acciones. La película se adentra en el debate ético del poder y la justificación de la violencia, planteando preguntas incómodas sobre quiénes son los verdaderos villanos y si el fin justifica los medios. El personaje de Costner, con su pasado traumático, su dolo y su creciente duda, nos hace conectar emocionalmente con sus decisiones.

La dirección de Donner es impecable. Utiliza tomas largas y contemplativas, especialmente en las escenas que involucran a la familia de Sharprey, para profundizar en su conflicto interno. La atmósfera es densa y claustrofóbica, amplificada por la música y el diseño de producción, que evocan un ambiente opresivo y peligroso. La película se beneficia de una edición precisa que maximiza el impacto de cada escena y mantiene el ritmo constante. La fotografía de Caleb Banks Thorne, aunque discreta, es funcional y contribuye a la atmósfera general de tensión.

Si bien el guion, coescrito por Robert Mark Kamen, no es la obra maestra de la historia del cine, sí es efectivo. Aunque presenta algunas tramas secundarias que no se desarrollan plenamente, la trama principal es sólida y mantiene el interés del espectador. La amenaza que se cierne sobre la familia de Sharprey añade una capa de drama personal que complementa la trama política. El conflicto moral que enfrenta el protagonista es el corazón de la película y es bien ejecutado, aunque quizás podría haber explorado algunas facetas de la conspiración con mayor profundidad.

En definitiva, “El Mediador” es un thriller político inteligente y tenso que ofrece una reflexión sobre el poder, la moral y las consecuencias de las acciones. Es una película que recompensa la atención del espectador y que destaca por la dirección experta de Richard Donner y la actuación convincente de Kevin Costner. No es un espectáculo visual deslumbrante, pero su atmósfera opresiva y sus dilemas morales la convierten en una experiencia cinematográfica memorable.

Nota: 7/10