“El Médico” (The Physician, 2013) es una incursión cinematográfica que, si bien no redefine el género de aventuras históricas, ofrece una experiencia visualmente rica y una exploración digna de la medicina medieval. La película, dirigida por Gurinder Chadha, se sumerge en el siglo XI en el contexto de una Inglaterra fragmentada y la Asia central, presentando una trama que combina la búsqueda personal del protagonista con una narrativa de viajes y descubrimiento. No se trata simplemente de una película de aventuras, sino de un relato sobre la superación personal, el choque cultural y la evolución de las ideas médicas.
La dirección de Chadha es fluida y mantiene un ritmo constante, aunque en ocasiones, un poco apresurado. Se permite pausas que exigen la atención del espectador, permitiendo apreciar la belleza de los escenarios y el detalle en la recreación de la época. Sin embargo, la película podría haber aprovechado mejor los momentos de reflexión y tensión, alargando ligeramente las escenas cruciales para dotarlas de mayor peso emocional. El uso de la fotografía es sobresaliente, capturando con maestría la luz y el color de Oriente y el paisaje inglés, creando una atmósfera palpable de viaje y aventura. Se percibe un enfoque en los detalles, desde la vestimenta hasta la arquitectura, lo que aumenta la inmersión del público en la trama.
Hugh Bonneville, como Rob Cole, ofrece una interpretación sólida y convincente. Su personaje evoluciona a lo largo de la película, pasando de ser un joven inglés rural, a un médico con una mente abierta y un espíritu curioso. El resto del reparto secundario, especialmente Bill Nighy como el anciano médico Malik al-Rahb, aporta matices y profundidad a la trama. Nighy, en particular, brilla con su caracterización, transmitiendo sabiduría, paciencia y una comprensión profunda de la medicina. La química entre Bonneville y Nighy es fundamental para el éxito emocional de la película.
El guion, escrito por Gordon Williams, presenta algunas lagunas. Si bien la trama principal es interesante, recurre a ciertos clichés del género y, a veces, la resolución de algunos conflictos se siente un poco predecible. La película aborda temas como la discriminación, el fanatismo religioso y el choque cultural, aunque lo hace de una manera relativamente superficial. El aspecto médico, representado a través de las enseñanzas de Ibn Sina, es algo tratado de manera didáctica, pero sin profundizar demasiado en los debates y las controversias de la época. La trama se centra en la curiosidad científica y el aprendizaje, elementos que, sin duda, son atractivos, pero podrían haber sido explorados con mayor profundidad. Aun así, el argumento principal es lo suficientemente fuerte para mantener el interés del espectador.
En definitiva, "El Médico" es una película entretenida y visualmente atractiva, con un buen elenco de actores y una banda sonora evocadora. No es una obra maestra, pero sí una experiencia cinematográfica agradable, especialmente para aquellos interesados en la historia, la medicina y los viajes. Ofrece un escapismo digno, con elementos de aventura y drama, que complacen al espectador.
Nota: 7/10