El mejor padre del mundo (2009)

“El mejor padre del mundo” (The World’s Best Dad), dirigida por Roger Mitchell, es un drama conmovedor que, a pesar de sus momentos excesivamente sentimentales, logra conectar con el espectador a través de la fuerza de la interpretación de Robin Williams y la honestidad de su premisa. La película se centra en Lance Clayton, un profesor de instituto frustrado con una vida modesta y un gran sueño: escribir una novela que le haga famoso. Cuando un exitoso editor le ofrece la oportunidad de alcanzar su sueño, a cambio de que revele cómo lo ha logrado, Lance se ve inmerso en una decisión moralmente ambigua que lo lleva a una odisea inesperada y llena de situaciones cómicas y emocionales.

Williams, con su inagotable capacidad para la actuación y su particular estilo de entrega, se muestra en su mejor momento. Transmite la desesperación, la vulnerabilidad y la esperanza de Lance con una intensidad que es contagiosa. La película le permite explorar una amplia gama de emociones, desde la duda y el miedo hasta la alegría y la frustración. No es una actuación grandilocuente, sino una entrega natural y sutil que construye un personaje complejo y humano. La dirección de Mitchell se centra en el retrato de Lance, buscando captar los matices de su personalidad y su relación con el mundo que le rodea.

El guion, aunque con algunos momentos de exageración dramática, presenta una premisa interesante y plantea preguntas sobre la ambición, la ética y el valor de la familia. La estructura narrativa, a veces un poco lenta, se beneficia de la intensidad del personaje principal. La trama se mueve a través de una serie de flashbacks que nos revelan gradualmente la historia de Lance, permitiendo al espectador comprender las motivaciones detrás de sus acciones. Sin embargo, la película, consciente de su objetivo principal, opta por priorizar la construcción del personaje sobre la profundidad de algunos secundarios, lo que resulta en una dinámica un tanto desigual.

A pesar de sus defectos, “El mejor padre del mundo” es una película que te llega al corazón. La comedia y el drama se entrelazan de forma efectiva, creando un equilibrio que evoca tanto risas como lágrimas. La película nos recuerda la importancia de la conexión humana, la aceptación y el valor de las decisiones que tomamos, incluso las más difíciles. No es un hito cinematográfico, pero sí una experiencia emotiva que vale la pena contemplar, especialmente si eres fan de la actuación de Robin Williams. La película ofrece una reflexión sobre la vida, el arrepentimiento y el deseo de redención, elementos que la hacen perdurable.

Nota: 7/10