El mexicano (2003)

“El mexicano” (1998) de Robert Rodriguez es una joya improbable, un Western moderno que se sitúa entre el género de acción, la comedia negra y el melodrama, y que se mantiene sorprendentemente cohesionado gracias a la visión audaz de su director y a las actuaciones excepcionales de su elenco. La película no busca ser una recreación fiel del pasado de México; en cambio, utiliza el contexto histórico como telón de fondo para una historia de venganza, traición y redención, cargada de un humor mordaz que, en ocasiones, supera la gravedad del asunto. La ambición de Rodriguez se manifiesta en cada fotograma, desde las secuencias de acción coreografiadas con una inventiva palpable hasta los planos en blanco y negro que evocan una nostalgia por el México del pasado.

Johnny Depp, en el papel de Sands, ofrece una interpretación memorablemente peculiar. Su personaje es un agente de la CIA, un hombre desaliñado y con un profundo cinismo, pero al mismo tiempo, con un código moral propio que lo lleva a cuestionar sus propias convicciones. La química entre Depp y Antonio Banderas es fundamental para el éxito de la película. Banderas, como “El Mariachi”, encarna la leyenda: un músico solitario y con un pasado oscuro que se encuentra inesperadamente involucrado en una conspiración para derrocar a un presidente. La actuación de Banderas es una mezcla perfecta de melancolía, valentía y determinación, y es el corazón emocional de la película.

La dirección de Robert Rodriguez es, sin duda, uno de los aspectos más destacados de la película. Sus secuencias de acción son brutales, creativas y fluidas, aprovechando al máximo la locación en México. La película no rehúye el realismo de la violencia, pero la equilibra con momentos de humor absurdo y situaciones cómicas que ayudan a aliviar la tensión. El uso de la fotografía en blanco y negro es particularmente efectivo, creando una atmósfera de drama y misterio que contrasta con la acción en color. Además, Rodriguez utiliza un montaje rápido y dinámico que contribuye a mantener al espectador enganchado. Sin embargo, no todo está perfecto; el guion, aunque entretenido, a veces recurre a clichés y algunos diálogos resultan un poco forzados.

El guion, escrito por Robert Rodriguez y Gregory Poirier, presenta una trama compleja con giros inesperados y personajes secundarios interesantes. No obstante, la historia podría haber sido más profunda y explorado con mayor detalle los motivos de algunos personajes. La relación entre Sands y El Mariachi, aunque central, podría haberse desarrollado con más matices y complejidad. A pesar de estas pequeñas deficiencias, la película logra mantener un ritmo constante y mantener al espectador interesado en descubrir qué sucederá después. El tema de la corrupción política y la manipulación de la opinión pública, aunque tratado de forma relativamente superficial, sirve como un buen catalizador para la trama. La banda sonora, con canciones de mariachi que se integran perfectamente en la historia, refuerza la identidad cultural de la película y contribuye a crear una atmósfera envolvente.

En definitiva, “El mexicano” es una película original y ambiciosa que merece la pena ver. Es una comedia de acción, un Western moderno y un melodrama, todo a la vez. La combinación de talentos, la dirección creativa y la estética visual la convierten en una experiencia cinematográfica memorable.

Nota: 7.5/10