El milagro del padre Stu (2022)

“El Milagro del Padre Stu” no es la comedia religiosa más brillante del cine, ni tampoco un drama sobre la conversión con la solemnidad que su premisa sugiere. Sin embargo, esta película, dirigida por Michael Robertson, logra ser sorprendentemente conmovedora y entretenida, gracias a un guion inteligente que equilibra la comedia con momentos genuinamente emotivos. La película, basada en la historia real de Stuart Long, no se centra tanto en el “milagro” de su conversión, sino en la evolución de un hombre perdido y desilusionado que, accidentalmente, encuentra un propósito en la vida a través de su contacto con la fe.

La dirección de Robertson es sólida y efectiva. Logra mantener un ritmo constante, evitando momentos de desesperación excesiva o de sentimentalismo forzado. Utiliza la estética visual de la época, con la luz cálida y la música de los años 80, para crear una atmósfera que complementa la historia. No obstante, la película no se pierde en la nostalgia por si misma, sino que se concentra en el desarrollo del personaje de Stuart, interpretado con naturalidad y vulnerabilidad por Tim Robbins. Robbins, conocido por su versatilidad, ofrece una actuación sutil pero contundente, transmitiendo la ambición, la frustración y, finalmente, la duda de su protagonista.

La química entre Robbins y Lauren Henley, quien interpreta a Carmen, es uno de los puntos fuertes de la película. Henley aporta frescura y autenticidad al personaje, siendo una maestra de escuela dominical independiente, inteligente y con una fe real, y no una imagen idealizada. La relación entre ambos no es un romance convencional, sino una conexión basada en el respeto mutuo y la comprensión. Las escenas que comparten, tanto las cómicas como las más serias, están bien escritas y ejecutadas, dando como resultado momentos realmente memorables. El resto del elenco, con William Hurt como el padre Michael, contribuye a la atmósfera y ofrece actuaciones sólidas.

El guion, coescrito por Robertson y Bill प्रसler, destaca por su honestidad y por su habilidad para explorar temas como la pérdida, la redención y la búsqueda de sentido en la vida. La película no trata la fe como algo mágico o incomprensible, sino como una elección personal y un camino de crecimiento. Se centra en las pequeñas acciones y gestos que pueden marcar la diferencia en la vida de las personas. Si bien la trama principal se centra en la transformación de Stuart, también se exploran temas como la importancia de la comunidad, la responsabilidad social y la necesidad de perdonar a uno mismo y a los demás. No es un tratado teológico, ni tampoco un sermón disfrazado; simplemente presenta una historia de transformación humana con un componente religioso subyacente.

A pesar de algunas escenas ligeramente exageradas, y una cierta falta de profundidad en el desarrollo de algunos secundarios, “El Milagro del Padre Stu” es una película entretenida y reconfortante que invita a la reflexión. Es una historia de segunda oportunidad que celebra la bondad humana y la posibilidad de encontrar el camino hacia la redención, incluso en los lugares más inesperados.

Nota: 7/10