El nuevo Karate Kid (1994)

“El Nuevo Karate Kid” (2018) no es una secuela trascendental, ni una reedición de la joya original de 1984, pero sí una propuesta refrescante y, en cierto modo, sorprendente. La película, lejos de simplemente buscar una nostalgia fácil, se atreve a reinventar el relato clásico de un joven aprendiz bajo la tutela de un maestro sabio, manteniendo la esencia del espíritu martial y la importancia de la bondad, pero con un toque contemporáneo y, francamente, más maduro.

Daniel LaRusso (Bill Skarsgård) ha sido un personaje objeto de debate desde su estreno, y debo admitir que su interpretación me pareció una de las mayores fortalezas de la película. Skarsgård evita la trampa de la imitación exacta de Mr. Miyagi, optando por un retrato más introspectivo y, quizás, un poco melancólico. Su personaje no es el héroe invencible de antaño, sino un hombre marcado por el pasado, que ha logrado construir una vida en paz, pero que se ve obligado a reabrir viejas heridas para proteger a la nueva generación. La dirección de Jean-Pierre Deparis logra transmitir esa complejidad emocional, mostrando a un Daniel que, a pesar de su maestría en el karate, lucha contra sus propios demonios interiores. La película, a menudo, se centra en la resolución de conflictos internos de Daniel, lo que le da un matiz de drama y suspense que a veces la hace sentirse más como un thriller psicológico que un entrenamiento martial.

La joven Carmen, interpretada por Kodi Smit-McPhee, es la verdadera joya de la película. Smit-McPhee aporta una autenticidad y vulnerabilidad que anhelan los espectadores. Su personaje es genuino, con miedos y dudas, lo que hace que su viaje de aprendizaje no sea solo una cuestión de dominar técnicas de karate, sino de encontrar su propia voz y confianza. Su relación con Daniel es el corazón de la película, basada en el respeto mutuo y la comprensión. La química entre ambos actores es palpable, y su diálogo, aunque a veces un poco forzado, resulta conmovedor.

El guion, en general, es sólido, aunque a veces se siente un poco predecible. La trama de la "guerra civil" interna y la presencia de un grupo de matones con motivaciones retorcidas resulta un tanto cliché. Sin embargo, la película se beneficia de un ritmo trepidante y de escenas de acción bien coreografiadas, que equilibran la tensión dramática con momentos de espectacularidad visual. La banda sonora, con influencias de rock y música electrónica, también contribuye a crear una atmósfera particular. No obstante, la película podría haber profundizado más en la exploración de las motivaciones de los antagonistas, lo que habría enriquecido la narrativa.

En definitiva, “El Nuevo Karate Kid” es una película que, aunque no alcanza la grandeza de la original, ofrece un mensaje positivo y relevante sobre la importancia del respeto, la perseverancia y la búsqueda de la verdad. Es una película que vale la pena ver, especialmente si se busca una historia bien construida con un mensaje inspirador. Es un recordatorio de que, a veces, la verdadera fuerza reside en la humildad y la bondad.

Nota: 7/10