El oficial y el espía (2019)

“El oficial y el espía” es una película que, tras años de espera, logra materializar un relato histórico fascinante y profundamente inquietante. La cinta de Paul Verhoeven no se limita a contar la historia de Alfred Dreyfus, sino que se sumerge en la atmósfera opresiva de la Francia de finales del siglo XIX, una sociedad marcada por el antisemitismo, la hipocresía y una corrupción rampante. Verhoeven, como siempre, demuestra su maestría visual, construyendo una ambientación impecable que, a través de sus colores apagados y la iluminación teatral, transmite la sensación de una tierra sombría, donde la verdad se esconde bajo una fina capa de mentiras.

La dirección de Verhoeven es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Evita la sentimentalidad fácil y opta por un enfoque realista y, a veces, brutal. Las escenas de interrogatorio, en particular, son impactantes por su naturalidad. Verhoeven no recurre a grandes discursos o explosiones, sino que se centra en la tensión psicológica, en la mirada implacable de los agentes de contrainteligencia, en el miedo palpable de Dreyfus. La película no aboga por la heroización de Dreyfus, mostrando su fragilidad y su incapacidad para defenderse. En cambio, explora la complejidad moral de los personajes, incluyendo a Picquart, un hombre atormentado por su conciencia y por las decisiones que ha tomado.

La actuación de Joaquin Phoenix como Picquart es, simplemente, sublime. Phoenix se sumerge completamente en el papel, mostrando un arco de transformación convincente. Observamos su evolución de un hombre orgulloso y convencido de su rectitud a un individuo devastado por la duda y la culpa. La química entre Phoenix y Stanley Tucci, que interpreta a Dreyfus, es notable. Tucci, aunque no tiene un papel tan desarrollado como el de Phoenix, logra transmitir la desesperación y el tormento de su personaje. La interpretación de Tucci es delicada y sutil, evitando caer en clichés y mostrando la vulnerabilidad de un hombre injustamente acusado.

El guion, adaptado de la novela de Robert Dalleau, es meticuloso y se adentra en los detalles del proceso judicial y las maquinaciones políticas que llevaron a la condena de Dreyfus. Aunque a veces se siente un poco denso y lento, la película dedica tiempo a explorar las implicaciones éticas de la situación. Es crucial señalar que la película no ofrece una respuesta fácil sobre quién tiene la razón, sino que plantea preguntas incómodas sobre la justicia, la verdad y la responsabilidad. El retrato del sistema judicial francés, con sus prejuicios y sus deficiencias, es particularmente revelador. La película no se limita a la trama del caso Dreyfus, sino que utiliza este incidente como un microcosmos para examinar la fragilidad de las instituciones y la manipulación de la opinión pública.

A pesar de su lentitud en algunos momentos, "El oficial y el espía" es una obra maestra del cine negro que permanece en la memoria por su ambición, su rigor histórico y su reflexión sobre la naturaleza humana. Es una película que exige la atención del espectador, pero que recompensa con una experiencia cinematográfica profunda y conmovedora.

Nota: 8.5/10