El pico 2 (1984)

“El Pico 2” es una película que no busca la grandilocuencia ni la espectacularidad. Se limita a presentar, con un realismo casi brutal, una faceta oscura de la sociedad española a través de la historia de Paco, un joven atrapado en las consecuencias de una tragedia familiar y un crimen que no puede ignorar. La película, dirigida con una mano firme por Iñaki López De La Calle, se centra en el impacto personal de la situación, y no en la glorificación de la violencia o el heroísmo. En lugar de buscar la acción desenfrenada, se enfoca en la angustia y la desesperación de Paco, un protagonista que se ve obligado a vivir una serie de eventos que lo arrastran hacia el abismo.

La dirección de López De La Calle es, en esencia, sutil. Se deja ver su estilo, una fotografía cuidada pero sin adornos, que refleja la atmósfera opresiva de la prisión de Carabanchel. La película se beneficia de una notable utilización de espacios cerrados, enfatizando la sensación de claustrofobia y el aislamiento. El ritmo, lento pero constante, permite al espectador sumergirse en la experiencia de Paco, experimentando su frustración, su miedo y su creciente desesperación. No hay trucos de montaje ni efectos especiales, solo un enfoque honesto y directo hacia la realidad.

Las actuaciones son, en su mayoría, sobresalientes. Daniel Múrez, como Paco, ofrece una interpretación conmovedora y creíble. Múrez logra transmitir la evolución de su personaje, su transformación de un joven despreocupado a un hombre atormentado por la culpa y la injusticia. Complementa su actuación la interpretación sólida de Ángel Duro como el comandante Torrecuadrada, un hombre aferrado a sus ideales y a su papel en la Guardia Civil, pero incapaz de proteger a su hijo. El resto del reparto secundario, especialmente en el papel de los guardias de prisión, aportan vitalidad y profundidad al universo de la película.

El guion, aunque no se aleja de los clichés del género, consigue desarrollar un argumento sólido y con personajes bien definidos. La trama se centra en la complejidad moral de las situaciones, evitando juicios fáciles y mostrando las diferentes perspectivas involucradas. La película no pretende ser una crítica a la Guardia Civil, ni un manifiesto contra la droga, sino que explora las consecuencias del sistema judicial y las tensiones entre la autoridad y la justicia. La película trata, de manera inteligente, la lucha por la supervivencia y la búsqueda de la verdad en un entorno corrupto. Aunque la resolución final podría haberse desarrollado con mayor ambigüedad, el film logra dejar al espectador reflexionando sobre las implicaciones de los actos de Paco y su padre.

Nota: 7/10