El planeta de los simios (2001)

“El Planeta de los Simios” (1972) no es solo una película de ciencia ficción, es un pequeño clásico atemporal que, a pesar de su avanzada edad, sigue impactando por su premisa provocadora y su ejecución audaz. La película, una adaptación de la novela de Pierre Boulle, plantea una pregunta fundamental: ¿Qué ocurriría si los roles se invierten? Si la inteligencia y la civilización no estuvieran reservadas para la humanidad, sino que hubieran evolucionado en otra especie, en este caso, los simios. La originalidad de esta idea, junto con un guion sorprendentemente sólido, marca un punto de partida imborrable para una historia que explora temas de racismo, prejuicio y la naturaleza de la humanidad.

La dirección de Franklin J. Schaffner es magistral en la construcción del mundo de los simios. El diseño de producción es impecable, creando una sociedad simi con una jerarquía social compleja, una tecnología rudimentaria pero funcional y un sistema legal y religioso propio. No se trata de una caricatura, sino de una sociedad que, a pesar de su apariencia salvaje, posee sus propias reglas y costumbres, lo que añade una capa de autenticidad y, a su vez, intensifica la sensación de extrañeza y amenaza. La película logra un equilibrio entre lo fantástico y lo creíble, estableciendo un ambiente opresivo y palpable de peligro.

La película se centra en Leo Davidson, interpretado con una intensidad convincente por Charlton Heston. Heston ofrece una actuación sobria y naturalista, transmitiendo la frustración, el miedo y la creciente determinación del astronauta ante la situación desesperada. Sin embargo, la película no se detiene en el desarrollo de Leo como personaje; su fuerza radica en su rol como el representante de la humanidad, el individuo que desafía la autoridad de los simios. El apoyo de Ari, interpretada por Roddy McDowall, es crucial. McDowall aporta humanidad y humor a la narrativa, y su relación con Leo se convierte en el corazón emocional de la película.

La amenaza representada por el General Thade, interpretado por Roddy McDowall nuevamente en un papel arquetípico, es visceral y amenazante. La película no rehúye en mostrar la brutalidad de su régimen y la crueldad de sus métodos. La lucha final, aunque algo larga por los estándares de la época, logra mantener la tensión hasta el final. La banda sonora, compuesta por Jerry Goldsmith, es efectiva y contribuye a crear una atmósfera de suspenso. Si bien la película tiene algunos elementos visuales que, en la actualidad, podrían parecer un poco anticuados, su impacto emocional y su reflexión sobre la condición humana siguen siendo tremendamente relevantes.

En definitiva, "El Planeta de los Simios" es mucho más que una simple película de acción y aventuras. Es una fábula que invita a la reflexión y que, más de cuarenta años después, sigue siendo tan perturbadora como fascinante. La película permanece como un fuerte comentario sobre la superioridad humana y el peligro de la intolerancia.

Nota: 8/10