El primer rey (2019)

“El Primer Rey” es una ópera épica que, más allá de ser una biografía de Rómulo y Remo, explora la naturaleza del destino, la ambición y la construcción de la identidad nacional a través de una narrativa visualmente impresionante y un guion que, a veces, se siente un poco lento pero siempre cautivador. La película, dirigida por Jean-Pierre Melville (con la colaboración de Paul Grimault), se adentra en la leyenda romana con una sensibilidad que evoca la atmósfera densa y melancólica de sus películas anteriores, aunque adaptada a un género completamente diferente al thriller noir que dominaba su filmografía.

La película se centra en la difícil relación entre Rómulo y Remo, interpretados magistralmente por los jóvenes Sergi López y Daniel Giménez Cacho. López, con su mirada penetrante y su presencia imponente, encarna la determinación implacable de Rómulo, mientras que Giménez Cacho, en el papel de Remo, aporta una vulnerabilidad conmovedora y una sinceridad que contrastan fuertemente con la ambición de su hermano. La química entre ambos actores es palpable, convirtiendo sus discusiones, confrontaciones y, finalmente, en una rivalidad mortal, en el núcleo emocional de la historia. La dirección de Melville es impecable en el manejo de estas dinámicas, creando momentos de tensión dramática que se acumulan lentamente hasta culminar en una batalla brutalmente honesta y visualmente impactante.

Visualmente, "El Primer Rey" es un festín para la vista. El uso de la fotografía en blanco y negro, con una paleta de colores sófica y una iluminación que juega con las sombras, crea una atmósfera de misterio y drama que transporta al espectador a la Roma antigua. Las secuencias de batalla, coreografiadas con una precisión asombrosa, son particularmente memorables, ofreciendo una representación visceral y brutal de la guerra. Sin embargo, la película, a pesar de su belleza visual, lleva un ritmo pausado que, en ocasiones, puede resultar un tanto tedioso, especialmente en las largas escenas de contemplación y diálogo. Aunque estos momentos son cruciales para el desarrollo del personaje y la construcción del mundo, podrían haberse condensado para mantener una mayor intensidad narrativa.

El guion, adaptado de la “Historia de Roma” de Livio, presenta una interpretación deliberada de la leyenda, explorando la idea de que el destino no es una fuerza predeterminada, sino el resultado de las decisiones y acciones de los individuos. La película sugiere que la ambición, la traición y la violencia son elementos esenciales para la fundación de cualquier imperio, planteando una reflexión sobre el precio de la conquista y el sacrificio que implica el ejercicio del poder. Si bien la película se adhiere a las hazañas de Rómulo y Remo, no rehúye de la ambigüedad moral, mostrando la oscuridad inherente a las acciones de ambos hermanos y el efecto devastador de sus decisiones.

En definitiva, "El Primer Rey" es una película significativa y visualmente deslumbrante que merece ser vista. A pesar de su lentitud y su enfoque en temas filosóficos, la película ofrece una reflexión profunda sobre la naturaleza humana y la construcción de la identidad nacional. La actuación de los protagonistas y la maestría visual de Melville la convierten en una experiencia cinematográfica memorable.

Nota: 7/10