“El Profesor Chiflado” (Mr. Bean’s Holiday, en su título original) es una comedia de enredos del director Mark Lewis Bach que, a primera vista, parece una simple parodia de las películas de viajes y clichés del cine de los 80. Sin embargo, bajo la superficie de situaciones cómicas exageradas, se esconde una película sorprendentemente entrañable y, en ciertos aspectos, realmente inteligente. La película se beneficia de un guion que no rehuye la comedia física, con momentos genuinamente divertidos donde el cuerpo de Rowan Atkinson, en el papel del Profesor Sherman Klump, es el principal vehículo de la risa. Pero no se trata solo de slapstick; el guion, a pesar de sus momentos absurdos, juega con la idea del “otro” y del cambio de identidad, ofreciendo reflexiones sutiles sobre la aceptación y la percepción que tenemos de nosotros mismos y de los demás.
Rowan Atkinson ofrece, como siempre, una actuación magistral. Su habilidad para transmitir una amplia gama de emociones a través de expresiones faciales y movimientos sutiles es inigualable. El personaje del Profesor Klump, un científico brillante pero socialmente inepto, es una encarnación perfecta del hombre peculiar que todos conocemos o admiramos. Atkinson no solo domina la comedia física, sino que también logra que el público simpatice con su personaje, incluso cuando este se encuentra en situaciones embarazosas. La transformación en Buddy Love es especialmente convincente, no por el cambio físico en sí mismo, sino por la manera en que Atkinson construye la personalidad del nuevo personaje, reflejando la angustia interna y el deseo de aceptación del Profesor Klump.
La dirección de Mark Lewis Bach es sólida, estableciendo un ritmo pausado que permite al público disfrutar de las situaciones cómicas sin apresurarse. La película no se enfoca en el desarrollo de una trama compleja, sino en la construcción de personajes entrañables y en el disfrute de los pequeños momentos. La ambientación en Venecia, con sus canales, sus góndolas y sus habitantes, añade un elemento visual atractivo que complementa la historia. Sin embargo, el uso del cliché de la “amnesia” como mecanismo de trama podría considerarse algo predecible, y se podría haber explorado con mayor profundidad para darle un giro más original a la narrativa. A veces, el humor, aunque efectivo, se siente un poco forzado, como si buscara desesperadamente replicar el éxito de películas anteriores, aunque con un toque peculiar.
En definitiva, “El Profesor Chiflado” es una comedia ligera y entretenida, que ofrece un buen rato y a la que, a pesar de sus fallos, es difícil no sonreír. La actuación de Rowan Atkinson es el corazón de la película, y su habilidad para retratar la vulnerabilidad y el humor del personaje es lo que la convierte en una experiencia memorable. Es un ejemplo de comedia inteligente, que se beneficia de un buen protagonista y de una atmósfera visualmente agradable.
Nota: 7/10