El protector (2013)

“El Protector” (The Protector) es una película que nos recuerda, de forma bastante directa, que a veces el deseo de escapar del pasado, por doloroso que sea, puede llevar a consecuencias inesperadas y, a menudo, violentas. Dirigida por Edward Berger, la película se erige como una sombría y brutal reflexión sobre el precio de la justicia personal, el trauma y la búsqueda de redención. El director logra, sin embargo, que esta exploración se siembre de un ritmo implacable y una atmósfera cargada de tensión que atrapa al espectador desde el primer momento. No se trata de una película que complazca, sino que exige una atención plena a cada fotograma.

El núcleo de la historia se centra en Mickey Giattolo, interpretado con una intensidad palpable por Damian Lewis. Lewis ofrece una actuación magistral, retratando a un hombre roto, consumido por el dolor de la pérdida y atormentado por los fantasmas de su pasado como agente de la DEA. La complejidad del personaje de Mickey es la joya de la corona de la película: no es un héroe, ni un villano, sino un hombre que ha cruzado líneas que no puede retornar, buscando desesperadamente la paz que le ha sido robada. Su transformación a lo largo de la trama es sutil, pero profundamente convincente, y Lewis lo articula con una mezcla de vulnerabilidad y amenaza que resulta inolvidable. La película se construye sobre la fisura de su alma, mostrando la evolución de su ira y sus métodos para buscar justicia, aunque no sea la legal.

El guion, adaptado de un cuento de Raymond Carver, se basa en un estilo conciso y directo, evitando adornos innecesarios. La historia se desarrolla a medida que Mickey se ve envuelto en la vida de una familia local, que está en peligro debido a la presencia de un cártel de la droga. No hay explicaciones elaboradas ni justificaciones éticas; las acciones de los personajes fluyen de una manera orgánica y lógica, impulsadas por el instinto y la necesidad de proteger a quien le importa. La película evita la moralina fácil, presentando un conflicto moral ambivalente donde la justicia es relativa y las líneas entre el bien y el mal se difuminan constantemente. Las escenas de acción, aunque presentes, están integradas de forma natural en la narrativa, y no se utilizan meramente como entretenimiento.

A pesar de su dureza, “El Protector” también ofrece momentos de genuina humanidad, especialmente en la relación entre Mickey y su hija, Lena (Luna Bla vojević). La dinámica entre ambos es conmovedora y añade una capa de profundidad a la historia. La película consigue que te preocupes por su destino, mientras que también te recuerda la peligrosidad de las decisiones que toma el protagonista. La fotografía, con una paleta de colores apagada y ambientes sórdidos, contribuye a la atmósfera opresiva y melancólica de la película, subrayando el peso del pasado y la desesperación del presente. En definitiva, “El Protector” es una película que te deja con una sensación de inquietud y reflexión, un aviso sobre las consecuencias de la venganza y la fragilidad de la redención. Es un thriller intenso, no para aquellos que buscan espectáculos fáciles, sino para aquellos que valoran una narración contundente y actuaciones memorables.

Nota: 7.5/10