El regalo (2015)

“El Regalo” (The Gift) es una película que se aferra con tenacidad a un concepto intrigante: la resurrección de un pasado que parece estar muerto, pero que, a través de la entrega aparentemente inofensiva de regalos, se convierte en una amenaza tangible para la estabilidad de un matrimonio. La dirección de Rolando Encinar no busca la grandilocuencia o el suspense puro y duro, sino que construye una atmósfera de incomodidad y paranoia sutil, con un ritmo deliberadamente pausado que te obliga a reflexionar sobre las motivaciones de los personajes y el peso de sus errores. Se percibe un esfuerzo consciente por evitar los clichés del thriller y apostar por una exploración psicológica más profunda, aunque el resultado final no siempre cumple con las expectativas prometidas.

El núcleo de la película reside en las interpretaciones de Joel Edgerton y Ana de Armas. Edgerton, como Simon, transmite con maestría la creciente desconfianza y el miedo que lo consumen. Su actuación es particularmente impactante en los momentos de vulnerabilidad, cuando se ve forzado a confrontar las consecuencias de sus decisiones pasadas. De Armas, por su parte, ofrece una interpretación sólida como Patricia, la esposa, quien lucha por mantener la cordura frente a la creciente sensación de que su mundo se está derrumbando. La química entre ambos actores es palpable y fundamental para que el conflicto central, que se basa en la desconfianza y la manipulación, tenga la resonancia emocional que requiere.

Sin embargo, el guion, escrito por Ed Cash y Rolando Encinar, es donde la película se muestra más irregular. Si bien la premisa inicial es intrigante y genera interés, la narrativa se complica en el desarrollo, introduciendo giros argumentales que, aunque efectivos, a veces parecen forzados y poco naturales. La resolución, en particular, podría considerarse algo abrupta y, para algunos espectadores, anticlimática. El guion, en general, se basa en la sugerencia más que en la explicación, dejando espacio para la interpretación del espectador, pero esto también puede traducirse en frustración si no se siguen de cerca los detalles. Se siente una tensión constante en la anticipación, pero la entrega final no siempre justifica el esfuerzo inicial.

La cinematografía de Jose Luis Merino, con sus colores apagados y su iluminación cuidadosamente seleccionada, contribuye a la atmósfera opresiva de la película. Las escenas exteriores, que suelen ser de noche, refuerzan la sensación de peligro inminente. La banda sonora, compuesta por David Newman, es minimalista pero efectiva, empleando melodías inquietantes que se anudan al conjunto de la narrativa y aumentan el nivel de tensión. "El Regalo" es, en definitiva, una película que te obliga a pensar, pero que también puede resultar algo decepcionante si se espera un thriller convencional con un final explosivo. Su fortaleza reside en la interpretación de los actores y en la atmósfera que logra crear, pero su guion es el punto más débil de una propuesta interesante que, sin duda, merece la pena ser vista por aquellos que disfrutan del cine psicológico con toques de misterio.

Nota: 6/10