El reino de la belleza (2014)

“El reino de la belleza” (۲۰۲۰) es una película que, paradójicamente, se centra en la desintegración de la felicidad, un estado que, antes de que la tragedia se cierna, se presenta con una exuberante y casi irreal luminosidad. Dirigida por Xavier Dolan, la película se adentra en la compleja y dolorosa experiencia del enamoramiento, no como un simple placer, sino como una fuerza destructiva que puede minar las bases de una relación y desatar una crisis de salud mental. Dolan no se limita a contar una historia; construye una atmósfera, un espacio emocional palpable que te envuelve desde el principio.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los pilares fundamentales de la película. Milo Graziadei, como Lucas, ofrece una interpretación magistral, transmitiendo la aparente confianza y el éxito que oculta una profunda inseguridad y una búsqueda constante de validación. Su mirada, a menudo inexpresiva, revela la fragilidad subyacente a su fachada de hombre exitoso. Sophie Desmarais, como Emma, la mujer con la que Lucas se enamora, es igualmente convincente, logrando capturar la vulnerabilidad y la necesidad de conexión que la impulsan. Pero es quizás Noémie Pelletier, como la esposa de Lucas, la que realmente roba el espectáculo. Su personaje, a primera vista, parece distante y poco comunicativa, pero Pelletier construye una profundidad emocional asombrosa, transmitiendo la desesperación silenciosa y la lucha interna que la lleva a contemplar el suicidio. La complejidad de su personaje, lejos de ser unidimensional, se revela gradualmente, generando una empatía que te marca hasta el final.

El guion, tipico de Dolan, es una magistral mezcla de diálogos afilados, escenas de gran tensión psicológica y momentos de belleza visual deslumbrante. Dolan no rehúye la ambigüedad ni la complejidad moral. La película explora la idea del deseo como una fuerza que puede tanto elevar como destruir. La relación entre Lucas y Emma se presenta como un escape, una ilusión que ofrece un respiro de una vida que, a pesar de su aparente perfección, es vacía y sin propósito. El viaje a Toronto no es simplemente un punto de encuentro casual; es la catalizador de una crisis existencial que ya se gestaba en la vida de Lucas. Dolan evita simplismos y ofrece una visión multifacética del amor, la pérdida y la salud mental, reconociendo que la felicidad no es un estado permanente, sino un constructo frágil que requiere cuidado y atención constante. La película se adentra en los rincones oscuros de la psique humana, confrontando al espectador con preguntas incómodas sobre la naturaleza de la conexión y la responsabilidad hacia los demás.

La dirección de Dolan es impecable, utilizando el paisaje de Charlevoix como un elemento narrativo crucial. La belleza natural de Quebec sirve como contraste con la desolación emocional que se desencadena en la vida de los personajes. La fotografía, cuidada y evocadora, contribuye a la creación de una atmósfera onírica y melancólica. En definitiva, “El reino de la belleza” es una película perturbadora, hermosa y profundamente conmovedora que te dejará pensando mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.

Nota: 8.5/10