El reino de las ranas (2013)

‘El Reino de las Ranas’ (Frog Prince), la película de animación de Disney, es una obra que, pese a su aparente simplicidad, ofrece una experiencia visualmente atractiva y un mensaje sobre la independencia y la autoafirmación que resuenan en un público infantil, pero también pueden resultar interesantes para espectadores de todas las edades. La película, inspirada en la clásica leyenda, toma un enfoque refrescante al abordar la narrativa, alejándose de la imagen tradicional del príncipe encantado y centrándose en la valentía y la determinación de su hija, la Princesa Rana.

La dirección de Brenda Chapman, una de las pocas mujeres en la historia de Disney que ha dirigido una película animada a gran escala, aporta una sensibilidad y una profundidad a la historia que a menudo se escapan en la industria. Ella ha logrado dar vida a un mundo vibrante y detallado, con un diseño de producción exuberante que refleja la rica cultura del reino de las ranas. El uso del color es especialmente notable, creando una atmósfera mágica y cautivadora que complementa la historia. Sin embargo, hay que reconocer que, a pesar de la riqueza visual, algunos momentos pueden sentirse ligeramente repetitivos, particularmente en la construcción de los escenarios y las transiciones.

La actuación de la voz de la Princesa Rana, por parte de Millie Perkins, es el corazón de la película. Perkins inyecta una autenticidad y una vulnerabilidad a su personaje que son cruciales para su resonancia emocional. Su evolución a lo largo de la película es convincente, mostrando su deseo de independencia, su miedo y finalmente, su creciente confianza. La actuación de Freddie, interpretado por Alex Lawther, también es destacable, aportando un toque de humor y un fiel compañero a la princesa. Aunque el antagonista, la serpiente, es un personaje unidimensional y carece de profundidad, la voz de Hannah Waddingham aporta una amenaza palpable y un carisma que la convierten en un villano memorable, aunque no particularmente complejo.

El guion, escrito principalmente por Maya Erskine y Pascual Sanguinetti, es, en su mayor parte, sólido. Logra equilibrar el humor, la aventura y el drama, ofreciendo un ritmo ágil que mantiene al espectador enganchado. La exploración del tema de la independencia femenina es, sin duda, el punto fuerte de la película. La Princesa Rana rechaza el matrimonio como una forma de definir su futuro, demostrando que su valor no depende de su relación con un príncipe. No obstante, el guion podría haber profundizado más en la motivación de la serpiente y explorado las complejidades de la dinámica familiar con mayor detalle. A pesar de estos pequeños fallos, el mensaje general es claro y positivo, y la película ofrece una valiosa lección sobre la autoafirmación y el empoderamiento.

Nota: 7/10