El reino prohibido (2008)

“El reino prohibido” es una película que, a primera vista, parece una simple fábula de viajes en el tiempo con un guiño al cine de kung fu, pero que, en realidad, ofrece una experiencia cinematográfica sorprendentemente rica y emotiva. La dirección de Gareth Evans, conocida principalmente por su trabajo en ‘Baa Baa Black Sheep’, demuestra aquí una capacidad para combinar la acción coreana con la sensibilidad narrativa. La película no se limita a las acrobacias espectaculares, sino que las utiliza para contar una historia de redención y, sobre todo, de la importancia de las conexiones humanas.

La película se centra en Daniel (Michael Angarano), un joven inadaptado y obsesionado con el cine de kung fu. Su búsqueda de autenticidad en esa forma de arte le lleva a visitar una casa de empeños, un lugar donde se encuentra un bastón que desencadena una serie de eventos que lo transportan a la China medieval. Angarano ofrece una actuación convincente, transmitiendo la torpeza, la vulnerabilidad y, finalmente, la valentía de su personaje. Su evolución a lo largo de la historia es palpable y su inmersión en la cultura china es creíble. Sin embargo, la película podría haber desarrollado un poco más el pasado de Daniel para justificar su obsesión y darle más profundidad al personaje.

El elenco de apoyo es, sencillamente, excepcional. Jackie Chan, como siempre, aporta su experiencia y su particular sentido del humor, pero lo que realmente destaca es su complicidad con Jet Li. La química entre los dos veteranos es innegable, y su interacción como un luchador borracho y un monje silencioso genera momentos cómicos y conmovedores. Yifei Liu, como el Gorrion Dorado, destaca por su elegancia y su fuerza, logrando crear un personaje memorable y con una personalidad definida. Su presencia no se limita al espectáculo, sino que aporta matices a la trama y, en cierto modo, funciona como un catalizador de la transformación de Daniel.

El guion, aunque presenta algunos clichés del género, se beneficia de una trama bien construida y de la habilidad de Evans para alternar entre la comedia, el drama y la acción. La ambientación en la China medieval es meticulosa, tanto en la dirección artística como en el vestuario y los efectos especiales. La película evita caer en la mera imitación y logra, en cambio, crear un universo propio con sus propias reglas y costumbres. No obstante, la resolución final, aunque satisfactoria, podría parecer un poco apresurada y simplificada, dejando algunas preguntas sin respuesta. La película no se asocia excesivamente al cine de kung fu, sin embargo, evoca sutilmente la estética y los valores de este género.

En definitiva, "El reino prohibido" es una película entretenida, visualmente atractiva y emocionalmente resonante. No es una obra maestra, pero sí un entretenimiento de calidad que ofrece una experiencia cinematográfica gratificante y que, a pesar de sus fallas, merece la pena ser vista. Es una película que, más allá de la aventura, explora temas universales como la redención, la búsqueda de la identidad y la importancia de las conexiones humanas.

Nota: 7/10