El renacer de una leyenda (2014)

“El Renacer de una Leyenda” no es simplemente otra película de acción oriental; es un ejercicio de suspense metódico y un retrato sutil pero impactante del poder corrupto y la desesperación en la China de principios del siglo pasado. La película, dirigida con una maestría discreta por Kenny Lin, logra un equilibrio casi perfecto entre la coreografía de lucha visceral que esperamos de este género y una exploración profunda de la moralidad y la lealtad.

La película se centra en Wong Fei-Hung, interpretado con una intensidad palpable por Sam Lee. Su personaje, un joven con un pasado turbio y la promesa de una recompensa, es excepcionalmente bien construido. La evolución de Wong, desde un oportunista buscando alivio económico hasta un guerrero que cuestiona sus propios motivos y la naturaleza de su lealtad, es el corazón de la trama. Lee maneja cada matiz de su personaje con una convicción que ancla la película incluso en los momentos más frenéticos. No se limita a ejecutar movimientos de kung fu, sino que transmite el dolor, la ambición y la incertidumbre que definen a Wong.

La dirección de Lin evita los clichés del género, apostando por una estética visual que recuerda a las películas de espías de la época dorada de Hollywood, combinando paisajes urbanos decadentes con escenas de acción espectaculares, filmadas con una paleta de colores apagados y una iluminación cuidada que acentúa la atmósfera de opresión. La banda sonora, compuesta por Kevin Chow, complementa a la perfección la tensión narrativa, utilizando melodías tradicionales chinas con toques de suspense occidentales. La música no es solo un acompañamiento, sino un elemento integral de la narrativa.

El guion, adaptado de un relato de James Clavell, es el elemento que realmente eleva a la película. Se centra en la intrincada red de engaños y alianzas que define la vida en el bajo mundo de la China del siglo XX. Los diálogos son inteligentes y precisos, y la trama, aunque sencilla en su planteamiento inicial, se complica de manera natural a medida que avanza. La película se resiste a ofrecer soluciones fáciles y moralmente absolutas, presentando personajes ambiguos y situaciones donde la línea entre el bien y el mal se difumina. La resolución de la trama, aunque un tanto convencional, se siente merecida gracias a la construcción cuidadosa de la narrativa.

Sin embargo, la película no está exenta de ciertos defectos. Algunos personajes secundarios carecen de desarrollo y se quedan en arquetipos. Además, el ritmo, en algunos momentos, puede resultar ligeramente lento, lo que podría desinteresar a algunos espectadores que busquen una acción constante y sin pausas. No obstante, estos pequeños inconvenientes no empañan en absoluto la experiencia general.

Nota: 8/10