El reportero (1975)

“El Reportero” (The November Man) es una película que se presenta como un thriller político con toques de acción, pero que, en el fondo, resulta ser una experiencia cinematográfica más reflexiva y, quizá, ligeramente decepcionante. La historia, en esencia, trata sobre un antiguo agente de la CIA, Alec Caldwell (Pierce Brosnan), un reportero retirado que se ve arrastrado de nuevo al mundo de la espionaje, esta vez en la letanía de intrigas que operan en los estados africanos, impulsando la instalación de dictaduras. La película ofrece una banda sonora impecable y una fotografía que, en general, es efectiva, destacando sobre todo la opulencia y el decadente esplendor de los escenarios que la película ofrece.

El guion, bajo la dirección de Patrick Neil, es la principal debilidad de la producción. Aunque la premisa es interesante y el tropo del agente de la CIA con pasado problemático es un recurso clásico, la trama se siente predecible y carece de la chispa que podría haberla elevado a un nivel superior. Las motivaciones de algunos personajes, sobre todo las del villano, son poco profundas y se basan en estereotipos que ya hemos visto en innumerables thrillers políticos. No obstante, la película no intenta ser una epopeya o una investigación compleja, sino más bien un relato rápido y entretenido, lo que le permite mantener el ritmo durante la mayor parte de su duración, aunque a costa de la profundidad de sus personajes y de la sofisticación de su argumentación.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Pierce Brosnan, como siempre, ofrece una interpretación convincente como un hombre atormentado por su pasado, un hombre que ha aprendido a esconder sus emociones tras una fachada de cinismo y profesionalismo. Cillian Murphy, en el papel del villano, David O’Connell, aporta una presencia imponente y una ambigüedad moral que lo convierten en un antagonista interesante, aunque su personaje, en última instancia, no logra superar el cliché del enemigo despiadado. Joely Richardson, como la esposa de Caldwell, aporta un toque de vulnerabilidad y humanidad al desahogo de este veterano periodista. La química entre Brosnan y Murphy es palpable, y las escenas de tensión entre ambos, aunque no siempre dramáticas, resultan ser los puntos fuertes de la película.

Visualmente, "El Reportero" es una película bien cuidada, que invierte en la estética de la élite y la sofisticación. Los paisajes de Montenegro son particularmente impactantes, y la dirección artística contribuye a crear una atmósfera de opulencia y peligro. Sin embargo, la película se queda en la superficie, explorando solo los aspectos más superficiales de la corrupción y la manipulación política. Es una película que, aunque entretenida, no deja una impresión duradera. No se atreve a ir más allá de la narración convencional de un thriller político con elementos de acción. A pesar de sus momentos de tensión y la buena actuación de sus protagonistas, "El Reportero" es, en definitiva, una experiencia cinematográfica discreta, un entretenido pero olvidable entretenimiento.

Nota: 6/10