El retorno de las brujas (1993)

“El Retorno de las Brujas” no es una obra maestra de terror ni una incursión particularmente original en la mitología de Salem. Más bien, es una película que, como muchas producidas por la maquinaria Disney, busca establecer una agradable atmósfera de Halloween, priorizando la diversión y el entretenimiento familiar por encima de la exploración profunda de sus temas. La película, en su esencia, se convierte en un ejercicio de efectos especiales y coreografías de baile que, a pesar de ser visualmente atractivas, no logran conectar emocionalmente con el espectador.

La dirección de Mike Flanagan, conocido por su trabajo en series como "The Haunting of Hill House", aporta una sensibilidad particular a la producción. Flanagan se distancia del terror visceral y explora, de alguna manera, una fantasía donde el horror reside más en el humor y la ironía. La idea de las brujas, desterradas y ansiando su venganza, es inherentemente atractiva y la película logra crear un ambiente de suspense palpable, especialmente en los primeros actos. Sin embargo, la apuesta por la comedia, aunque ingeniosa en ocasiones, diluye el impacto de la historia y la convierte en algo menos serio de lo que podría ser.

Las actuaciones son sólidas, sin duda. Taissa Foster como Sarah, la adolescente que desencadena los eventos, ofrece una interpretación convincente, reflejando la incredulidad y el miedo de una forma que resuena con la experiencia del público. Kate Hudson, como Winifred Sanderson, la matriarca de las brujas, domina el papel con una mezcla de malicia, sarcasmo y una peculiar encanto. Está claro que Hudson se divierte interpretando a un personaje tan caricaturesco, aunque a veces la exageración puede sentirse un poco forzada. La película también cuenta con el talento de entre otros Harvey Guillén como Edgar, el novato brujo, cuyo personaje aporta un alivio cómico bien empleado.

El guion, sin embargo, es donde la película deja de destacar realmente. Si bien las situaciones son creativas y la película ofrece momentos de genuina sorpresa, la trama se siente un poco superficial y predecible. Los diálogos, en ocasiones, son demasiado artificiosos y la resolución de la historia se siente ligeramente apresurada. La película no se atreve a explorar a fondo las implicaciones de su premisa, simplemente utilizando la desterrada de las brujas como catalizador para una serie de gags y secuencias de baile. El material sobre el que se basa, la historia de las brujas de Salem y el clima de histeria colectiva, no se utiliza en su totalidad, quedando como un mero adorno para el espectáculo visual.

En definitiva, "El Retorno de las Brujas" es una película entretenida para ver durante la noche de Halloween, especialmente para niños y adolescentes. Ofrece un espectáculo visual llamativo y algunas secuencias de baile memorables. Sin embargo, su guion superficial y su falta de profundidad emocional limitan su potencial como una experiencia cinematográfica realmente destacada. Es una producción comercialmente exitosa que, quizás, no dejará una huella duradera en la historia del cine de terror.

Nota: 6/10