El rey del campus (1987)

“El Rey del Campus” (1996) es una comedia universitaria que, a pesar de sus evidentes influencias de “Ferris Bueller’s Day Off” y “Rebelde sin causa”, logra ser más que una simple imitación. La película, dirigida con cierto descaro por Mario Zicovich, se sumerge en el ambiente de la vida estudiantil estadounidense, explorando temas como la ambición, la ética, la amistad y la búsqueda de la identidad, todo ello envuelto en un barniz de humor irreverente y situaciones a menudo absurdas.

La película se centra en Todd Barrett (Gabriel Kane), un joven que se ve atrapado en una precariedad económica que le impide continuar sus estudios universitarios. Su ingenio y determinación lo impulsan a desarrollar un plan audaz: crear el calendario deportivo masculino de la universidad, con la ayuda de Cactus Jack (Robert Englund), un prestamista con una reputación tan oscura como su apariencia. El guion, a pesar de su tono ligero, es sorprendentemente ingenioso y se beneficia de diálogos rápidos y situaciones cómicas que se desenvuelven con soltura. La trama, aunque sencilla, funciona gracias a la química entre los personajes y a la habilidad de los guionistas para introducir giros inesperados que mantienen al espectador enganchado.

Robert Englund, conocido por su papel como Freddy Krueger, ofrece una interpretación particularmente memorable como Cactus Jack. Le aporta al personaje una cualidad extraña y perturbadora que contrasta con la inocencia aparente de los otros estudiantes. Su presencia es fundamental para crear la atmósfera única de la película, un ambiente donde la línea entre la moral y la ética se difumina. Gabriel Kane, en el papel de Todd, es competente y transmite la determinación y el nerviosismo del personaje con convicción. La película no se centra en un reparto estelar, por lo que el peso recae en la construcción de los personajes y en sus interacciones, y ahí la película, en su mayoría, cumple con creces.

La dirección de Zicovich es directa y sin artificios, preferiendo observar la dinámica entre los personajes y las situaciones que se desarrollan. El uso de la cámara es dinámico y se adapta a la velocidad del ritmo de la película. La banda sonora, compuesta por Danny Elfman, es perfectamente integrada y contribuye a crear la atmósfera específica de la comedia universitaria. Si bien algunos momentos pueden resultar un poco exagerados y dependientes de clichés del género, “El Rey del Campus” ofrece un entretenimiento agradable y, a veces, sorprendente. Es una película que recuerda a las clásicas comedias universitarias, pero que las reinventa con una mirada fresca y una dosis generosa de humor negro.

Nota: 7/10