El rifle del forastero (1957)

“El rifle del forastero” (The Rifleman) no es una película que revolucione la historia del western, pero sí logra consolidarse como un relato de carácter y redención con una sólida base en la tradición del género. El director Samuel Fuller, conocido por su enfoque audaz y su rechazo a la grandilocuencia, regresa con un western duro y realista, consciente de las limitaciones de su presupuesto y lo que realmente importa: la honestidad narrativa y el retrato de personajes complejos, aunque arcaicos en muchos sentidos.

La película se centra en Tom Early, interpretado por un Robert Ryan impecable, un hombre marcado por su pasado como pistolero, forzado a reconciliar su deseo de una vida pacífica con la necesidad de proteger a su hijo. Ryan, con su mirada cansada y su porte estoico, logra transmitir la carga emocional de un hombre que intenta apagar un fuego que aún arde en su interior. Su actuación, lejos de ser grandilocuente, reside en la sutileza de los gestos y las miradas, revelando la lucha interna de un padre que busca la aceptación a pesar de sus errores.

El guion, escrito por Fuller y Robert Town, es directo y sin adornos. La trama, aunque no particularmente innovadora, funciona con solidez. Se evita la espectacularidad en favor de un ritmo pausado que permite a la audiencia conectar con los personajes y la atmósfera del Oeste americano. La ambientación, aunque carente de elementos visuales particularmente impactantes, es palpable gracias a la fotografía en tonos tierra y a la banda sonora que acentúa la soledad y el peligro. Fuller, a menudo subestimado, demostró una gran maestría para construir tensión con la simple descripción de la rutina diaria y las relaciones entre los habitantes del pueblo.

Sin embargo, la película no es perfecta. El antagonista, el cacique ganadero interpretado por Ward O’Brien, es un villano caricaturesco y algo unidimensional, más un símbolo de la codicia y la violencia que un personaje realmente desarrollado. Además, ciertos diálogos son un poco torpes y la trama se siente, en algunos momentos, un tanto predecible. No obstante, estos pequeños defectos palidecen ante la autenticidad y el realismo con que Fuller aborda la temática de la venganza y la redención. El film no ofrece soluciones fáciles ni glorifica la violencia, sino que explora las consecuencias de las acciones y la dificultad de escapar del pasado. La película plantea preguntas sobre el honor, la justicia y la posibilidad de un cambio personal, temas que siguen siendo relevantes hoy en día.

En definitiva, “El rifle del forastero” es un western competente y reflexivo que, aunque no inspire a la euforia, ofrece una experiencia cinematográfica gratificante para aquellos que aprecian las películas de Oeste crudas y con matices. Es una obra digna de ser rescatada y estudiada por su valor histórico y su capacidad para generar una conexión emocional con sus personajes.

Nota: 7/10