El romance de Murphy (1985)

“El Romance de Murphy” es una película que, a primera vista, podría pasar desapercibida. Sin embargo, detrás de su sencilla premisa –la historia de una mujer soltera y un hombre viudo que se enamoran en un pueblo pequeño– se esconde un relato sutil y emotivo que resuena mucho más de lo que uno espera. La película, dirigida con sensibilidad por Robert Redford, se centra en la reconstrucción del corazón después de una pérdida y en la belleza que a veces se encuentra en las conexiones inesperadas.

Redford consigue capturar la esencia de la vida en un lugar como Scottsdale, Arizona, con un ambiente rural y una comunidad donde todos se conocen. La fotografía es bellísima, con tonos cálidos que refuerzan la atmósfera reconfortante, aunque también implican una cierta melancolía. El ritmo es pausado, deliberadamente lento, lo que permite al espectador conectar con los personajes y sumergirse en sus vidas. No es una película para los que buscan acción trepidante; es, en cambio, una película para reflexionar, para disfrutar de la compañía y la compañía sincera.

Las actuaciones son excepcionales. Sally Field ofrece una interpretación conmovedora como Emma, una mujer marcada por el divorcio y la adversidad, pero que conserva una vitalidad y una bondad que la hacen irresistible. Su interpretación es realista, honesta y transmite de forma palpable el deseo de reconectar con la vida y con el amor. James Garner, por su parte, aporta una serenidad y una calidez encausadas que hacen que Murphy sea un personaje entrañable. Su tranquilidad y su capacidad para escuchar y ofrecer ayuda a Emma son el corazón de la película. La química entre ambos actores es genuina y contribuye a la credibilidad de su relación.

El guion, escrito por William Wise y Robert Towner, evita los clichés y las melodramáticas excesivas. La historia no se basa en eventos extraordinarios, sino en la evolución de la relación entre Emma y Murphy, marcada por gestos simples y significativos. La introducción del ex marido de Emma crea una tensión subyacente que añade complejidad a la trama y plantea preguntas sobre el pasado y el futuro. La película explora con maestría temas como el duelo, la soledad, la aceptación y el valor de la amistad. La manera en que se aborda el amor no es grandioso ni espectacular, sino basado en la quietud, la comprensión y el respeto mutuo.

Sin embargo, la película, pese a su gran calidad, podría beneficiarse de un desarrollo ligeramente más profundo de algunos personajes secundarios. Algunos de los habitantes del pueblo, aunque presentes, no llegan a desarrollar su potencial plenamente. No obstante, la fuerza principal reside en la historia central de Emma y Murphy, una historia de amor que recuerda que, a veces, la felicidad se encuentra en los lugares más inesperados. Es una película que te arrastra desde el principio y te deja una sensación cálida y reconfortante.

Nota:** 8/10