El secreto de Adaline (2015)

“El Secreto de Adaline” es una película que, en su esencia, trata sobre el precio de la eternidad. Más allá de su premisa fantástica, la historia de Adaline Bowman (Blake Lively) es un estudio de personajes que, a pesar de algunas fallas, logra generar cierta empatía y, en ocasiones, incluso una reflexión sobre la soledad, el arrepentimiento y el valor de las conexiones humanas. Lively ofrece una actuación convincente, transmitiendo la melancolía de una mujer que ha vivido durante casi un siglo, cargando con el peso de sus años y el deseo de un amor genuino. Evita caer en la exclamación de la belleza inmutable, optando por una expresión de la experiencia, un cansancio que se lee en sus ojos y en la forma en que se mueve.

La película se centra en la búsqueda de Adaline de un compañero, un hombre que no tema su secreto y, lo que es más importante, que pueda amarla por lo que es, no por su apariencia. Michiel Huisman, como Ellis Jones, aporta una frescura al contraste entre la vida de Adaline y la de un hombre que vive en el presente. Su relación, inicialmente vacilante y llena de obstáculos, evoluciona con una naturalidad que permite al espectador conectar con la vulnerabilidad de ambos personajes. No obstante, el desarrollo de su romance se siente, en ocasiones, demasiado rápido y forzado, desaprovechando la riqueza de la historia que podría haber explorado más profundamente.

El director János Novák se mantiene sobrio en su tratamiento de la narrativa, evitando el melodrama excesivo y apostando por un enfoque visual elegante. La cinematografía, con sus colores suaves y sus escenarios que evocan épocas diferentes, contribuye a crear una atmósfera melancólica pero no opresiva. Sin embargo, la película, a pesar de su intención, se siente un poco desdibujada. El guion, aunque introduce interesantes dilemas morales y filosóficos sobre la inmortalidad y el legado, se limita a explorar las consecuencias superficialmente, evitando confrontaciones internas más profundas para Adaline. La trama subyacente, sobre la búsqueda de la aceptación y el propósito en la vida, no alcanza el impacto que merecía.

La película, en definitiva, es un entretenimiento agradable, especialmente para aquellos que disfrutan de historias románticas con un toque de fantasía. No obstante, su desarrollo carece de la complejidad y el coraje que permitirían elevarla por encima de lo convencional. La banda sonora, que intenta con cierta coherencia crear un ambiente emotivo, en última instancia no logra compensar la falta de profundidad en el desarrollo de los personajes y la trama. “El Secreto de Adaline” es, en esencia, un cuentista de hadas moderno, pero que, lamentablemente, no logra superar la fórmula y entregar una experiencia cinematográfica verdaderamente memorable.

Nota: 6/10