“El secreto de una obsesión” es una película que se presenta como una nota de fidelidad a “El secreto de sus ojos” de Alejandro Amenábar, pero, en última instancia, se queda en una sombra del original, aunque logra presentar un retrato inquietante y tenaz de la obsesión, tanto profesional como personal. La película, dirigida por Robert De Niro, se centra en la investigación de un crimen brutal ocurrido hace trece años, un crimen que ha consumido a dos agentes del FBI, Ray Stewart y Jess Sorenson, y que ahora resurge con una nueva pista que desatará un torbellino de recuerdos y remordimientos.
La dirección de De Niro se caracteriza por una atmósfera opresiva y claustrofóbica, que se logra a través de una fotografía sombría y un uso magistral de la iluminación. No se trata de una película visualmente deslumbrante, pero sí que transmite la sensación constante de una mente atrapada en el pasado. La puesta en escena refleja la deteriorada vida de Ray, su apartamento desordenado, sus hábitos erráticos y su lucha constante contra el alcohol. Aunque el estilo de De Niro no siempre es la máxima expresión del cine, consigue transmitir de forma efectiva el peso del tiempo y la desilusión.
Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Nicolas Cage ofrece una interpretación absolutamente convincente como Ray Stewart, un hombre consumido por la culpa y la obsesión. Su Ray es un personaje complejo, vulnerable, pero también profundamente enigmático y, a menudo, perturbador. Jennifer Lopez, en el papel de Jess, transmite con matices el dolor y la traición, mostrando cómo la tragedia ha moldeado su vida. La química entre Cage y Lopez es palpable, y su dinámica es fundamental para el desarrollo de la trama. La actuación de Ray Street, interpretada por Zoë Saldaña, aporta una dosis de amargura y desengaño al personaje.
El guion, escrito por Marc Guggenheim y Robert De Niro, es un tanto irregular. Si bien la premisa es interesante y el ritmo es adecuado para mantener la tensión, la película se enfoca demasiado en la repetición de flashbacks y en la reconstrucción del crimen, a veces a expensas del desarrollo de los personajes y de la exploración de sus motivaciones. La resolución del misterio, aunque satisfactoria, se siente un poco apresurada y no alcanza la profundidad emocional que se podría haber logrado. El tratamiento de la historia de amor entre Ray y Jess, el eje central de la película, carece de la sutileza y el lirismo del original, siendo, en general, un poco más directo y menos sutil. A pesar de estas fallas, la película explora temas relevantes como la responsabilidad, el perdón y las consecuencias de nuestras decisiones. Sin embargo, el guion, en muchos aspectos, se conforma con ser una mera recreación de los elementos principales de “El secreto de sus ojos”.
En definitiva, “El secreto de una obsesión” es una película recomendable para aquellos que aprecien los thrillers psicológicos con un trasfondo melancólico. Aunque no logra alcanzar la maestría del original, ofrece un entretenimiento sólido y un retrato inquietante de la obsesión y las heridas del pasado.
Nota: 6.5/10