El señor de las bestias 2: La puerta del tiempo (1991)

“El señor de las bestias 2: La puerta del tiempo” no es simplemente una secuela; es un experimento cinematográfico que, a pesar de sus ambiciones, termina por sentirse incompleto y, en ocasiones, frustrante. Joe Hill, hijo del legendario director de terror, ha heredado una tarea monumental: seguir los pasos de su padre y expandir el universo de ‘El señor de las bestias’. Logra establecer un tono visualmente deslumbrante y una atmósfera de suspense palpable, pero la ejecución del guion y el ritmo narrativo le impiden alcanzar su máximo potencial.

La película se aparta notablemente de la estética sombría y visceral de la entrega original. La paleta de colores, influenciada por la fotografía de Linus Sandgren, es exuberante, con paisajes de Inglaterra bucólica y escenarios futuristas que resultan sorprendentemente agradables a la vista. Sin embargo, esta apuesta por el colorido no siempre se traduce en una historia particularmente rica. La trama, centrada en el viaje temporal y la amenaza de un hermano malvado, se siente un tanto desordenada y, a veces, lógica incoherente. Los viajes en el tiempo, un elemento crucial, se presentan de forma rápida y a menudo confusa, dificultando la inmersión del espectador en la historia.

La dirección de Joe Hill es clara, con planos elaborados y una atención al detalle que se aprecia en la recreación de distintas épocas. No obstante, el ritmo es desigual. Las escenas de acción, aunque tecnicamente bien coreografiadas, carecen de la fuerza dramática que se esperaría. En contraste, las largas secuencias de diálogo, que buscan profundizar en las motivaciones de los personajes, a menudo se sienten como bloqueos en la trama. La banda sonora, autoría de Alexandre Desplat, es, como siempre, elegante y evocadora, pero a veces palidece ante la torpeza de la historia.

Las actuaciones son sólidas. Johnny Depp, en el papel de Dar, recupera la personalidad carismática y enigmática que le otorgó al personaje en la primera entrega. Su química con Rachel Weisz, quien interpreta a la guerrera Griselda, es convincente y añade un elemento de tensión a la trama. Sin embargo, el resto del reparto, incluyendo a Bill Skarsgård como el hermano de Dar, no logra dejar una impresión duradera. Skarsgård, en particular, parece desaprovechar la oportunidad de explorar la psicología de un villano complejo; su personaje se queda en una caricatura simplista.

En definitiva, "El señor de las bestias 2: La puerta del tiempo" es un ejercicio de estilo visualmente atractivo que no logra consolidar su premisa. La película ofrece momentos de tensión y belleza, pero se ve lastrada por un guion confuso y un ritmo irregular. Es una decepción para aquellos que esperaban una secuela que, como su predecesora, llegara a explorar las profundidades del relato original. La película intenta ir más allá, pero la ambición resulta ser su mayor enemigo.

Nota: 6/10