El silencio (2019)

“El Silencio” es, en su esencia, una película que explora el miedo a la pérdida y la fragilidad de la percepción humana. La obra de Scott Derrickson no es simplemente un thriller de terror, sino una meditación inquietante sobre el aislamiento, la desesperación y el precio de la supervivencia. La película se centra en Ally Andrews, una adolescente muda tras un traumático episodio de pérdida auditiva, cuya lucha por proteger a su familia se convierte en un thriller claustrofóbico y visceral. Derrickson logra, con maestría, transmitir la profunda vulnerabilidad de una protagonista que debe navegar un mundo que se ha vuelto inmensamente amenazante por su incapacidad para percibirlo a través del sonido.

La dirección de Derrickson es, sin duda, uno de los pilares fundamentales del éxito de la película. Utiliza un estilo visual deliberadamente sombrío y opresivo, con una fotografía en tonos grises y ocres que enfatiza la sensación de peligro inminente y de estar atrapado en un ambiente hostil. El uso de la luz y la sombra es especialmente efectivo para generar tensión y para intensificar la atmósfera de desesperación. La película evita el uso excesivo de jump scares, optando por una tensión psicológica que se construye gradualmente, dejando que el miedo se filtre lentamente en el espectador. Las escenas nocturnas, en particular, son sobresalientes, con un ritmo pausado y una atmósfera que te obliga a anticipar la próxima amenaza.

El reparto está encabezado por Anna Taylor-Joy, quien ofrece una actuación absolutamente convincente como Ally. Su personaje es más que una simple víctima; es una adolescente valiente, inteligente y decidida, que se aferra a la esperanza y a la determinación a pesar de sus circunstancias. La habilidad de Taylor-Joy para transmitir la frustración, el miedo y la vulnerabilidad de Ally es impresionante. También vale destacar la actuación de Michael Shannon como el líder de la secta, un personaje carismático pero aterradoramente manipulador, que ofrece una interpretación perturbadora y memorable. La química entre ambos actores es palpable, generando una dinámica de poder inquietante.

Si bien el planteamiento es arquetípico –la secta que acecha en el bosque– el guion, adaptado de la novela gráfica de Blake Crouch, se beneficia de una prosa concisa y un ritmo ágil. La historia evita clichés y se centra en el desarrollo de los personajes y en la construcción de la atmósfera de terror. Las conversaciones entre los personajes, aunque limitadas por la mutismo de Ally, son impactantes y reveladoras. El guion explora con profundidad temas como la fe, la manipulación psicológica y las consecuencias de la pérdida. La tensión se mantiene a lo largo de la película, y el final, aunque no totalmente explícito, deja una sensación inquietante y perturbadora, que perdura mucho después de que los créditos finales han comenzado.

Nota: 8/10