El sonido del trueno (2005)

“El Sonido del Trueno” (2008) no es una película de dinosaurios en el sentido tradicional del término. No se centra en la espectacularidad de los efectos especiales, aunque estos son, en su mayoría, bastante efectivos para la época. Lo que realmente ofrece este thriller temporal es una experiencia visceral, una reflexión sobre el costo del deseo y el peso de la responsabilidad cuando nos aventuramos en lo desconocido. Dirigida por Martin Hill, la película consigue construir una tensión constante, palpable desde los primeros minutos y que nunca flaquea, incluso en las escenas más grandiosas que muestran a los gigantes del pasado.

La dirección de Hill es precisa y sabe generar un ambiente opresivo. La fotografía, con una paleta de colores apagados que refleja la melancolía y el riesgo inherente a sus acciones, contribuye a la atmósfera inquietante. Se nota una cuidadosa planificación en la construcción de los escenarios prehistóricos, logrando que la presencia de los dinosaurios – especialmente el temible Tyrannosaurus Rex – sea impactante y, sobre todo, amenazante. La película no se limita a mostrar la grandeza de estos animales, sino que explora la brutalidad del mundo en el que vivieron, dándoles una dignidad que trasciende su condición de monstruos.

El guion, basado en la novela de Ray Bradbury, es, con diferencia, el punto más fuerte de la película. La trama, aunque simple en su base, es rica en detalles que obligan al espectador a considerar las implicaciones morales de sus acciones. La tensión no reside únicamente en la amenaza de los dinosaurios, sino en la constante posibilidad de alterar el presente y, por lo tanto, la propia existencia. Las conversaciones entre Travis y Sonia, impregnadas de dudas y remordimientos, son particularmente convincentes. Edward Burns ofrece una actuación sólida como Travis, un hombre atormentado por la culpa y la fragilidad de su misión. Catherine McCormack brilla como Sonia, una científica brillante pero vulnerable, cuya determinación se ve puesta a prueba constantemente. Ben Kingsley, como Charles Hatton, cumple con creces su papel, interpretando a un hombre ambicioso y despiadado, convencido de que justifica sus acciones por el bien de la ciencia y el progreso.

Sin embargo, la película no está exenta de fallos. El ritmo, en ocasiones, puede sentirse ligeramente lento, y algunos diálogos pueden resultar un tanto expositivos. Además, la conclusión, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada. No obstante, estos pequeños defectos palidecen frente a la experiencia global. "El Sonido del Trueno" es una película que nos invita a reflexionar sobre el poder del tiempo, la ambición humana y la importancia de ser conscientes de las consecuencias de nuestras acciones. Es un thriller inteligente y perturbador, que te quedará grabado en la mente mucho después de que terminen los créditos.

Nota: 7.5/10