El sueño de mi vida (2004)

“El Sueño de mi Vida” (The Dream Girl, en su título original) es una película que, a primera vista, parece un ejercicio de nostalgia y una parodia del melodrama adolescente. Sin embargo, tras la inicial sorpresa por su premisa tan descabellada – una chica de trece años que, por deseo, se despierta como una mujer de treinta – la película revela una reflexión más profunda y, sorprendentemente, emotiva sobre la identidad, la belleza superficial y la búsqueda de la realización personal.

La dirección de Todd Phillips es, en general, competente, logrando mantener el ritmo a un nivel aceptable. Aunque el tono a veces se inclina hacia lo kitsch, especialmente en los momentos más exagerados de la transformación de Jenna, Phillips consigue equilibrar la comedia con momentos genuinos de ternura y hasta de crítica social. Es evidente que el director está consciente de los clichés del género, y aunque no los evita por completo, se esfuerza por subvertirlos en algunos momentos, ofreciendo una perspectiva algo más matizada que la que se podría esperar.

La actuación de Elle Fanning es, sin duda, el punto fuerte de la película. Fanning logra transmitir la desesperación, la inseguridad y la frustración de Jenna con una sutileza y una credibilidad que superan con creces la complejidad de la historia. Su interpretación es sutil y creíble, y logramos empatizar con su personaje a pesar de las circunstancias absurdas en las que se encuentra. Pierce Gagnon, como el chico guay, no es un personaje particularmente memorable, pero cumple su función de catalizador de la crisis de Jenna. La química entre ambos es, en general, inexistente, lo que contribuye a la sensación de que la transformación de Jenna es más una reacción interna que un producto de un enamoramiento real.

El guion, escrito por Scott Neustadter y Michael J. Fox (sí, el actor de *Ley de Murphy*), es la parte más problemática de la película. Si bien la premisa es original, la ejecución carece de profundidad y, en ocasiones, de coherencia. Los diálogos son a menudo torpes y las situaciones, aunque cómicas, pueden resultar artificiosos. Se siente que el guion se contenta con explorar las superficialidades del deseo adolescente, sin profundizar en las motivaciones de los personajes o en las consecuencias de la transformación. Sin embargo, la película logra capturar la atmósfera de una escuela secundaria típica, con sus dramas, sus inseguridades y sus aspiraciones. La crítica a la obsesión por la imagen y la superficialidad de la cultura juvenil es válida, aunque presentada de una manera algo simplista.

En definitiva, “El Sueño de mi Vida” es una película entretenida, pero no especialmente trascendental. No es una obra maestra, pero sí un entretenimiento ligero y fácil de ver, y que puede generar una reflexión sobre las prioridades de la vida y la importancia de la autenticidad. Es un melodrama adolescente con un toque de fantasía que, en su conjunto, resulta sorprendentemente agradable. No esperen una narrativa compleja, pero sí una dosis de nostalgia y un análisis, aunque superficial, de las presiones sociales.

Nota:** 6/10