El Tenorio Tímido (1924)

“El Tenorio Tímido” (The Tenacious Thief) de Alexander McQueen no es simplemente una película; es una experiencia sensorial que te sumerge en la psique de un hombre atormentado por sus propios miedos y deseos. Más allá de la trama aparentemente simple – un joven sastre que se refugia en fantasías surrealistas en respuesta al pánico que le inspiran las mujeres – McQueen construye una obra maestra de la atmósfera, el simbolismo y la representación visualmente impactante. La película no busca ofrecer respuestas fáciles, sino explorar la complejidad de la ansiedad y la dificultad de la comunicación en el amor.

La dirección de McQueen es, sin duda, la joya de la corona. Él no se limita a contar una historia; manipula la cámara y el sonido para crear una sensación constante de incomodidad y desorientación. Las tomas prolongadas, el uso innovador del color y el negro, y la sincronización de la música y el sonido con los elementos visuales son, en conjunto, excepcionalmente bien logradas. La película se siente a menudo como una fotografía en movimiento, una exploración visual de los pensamientos de su protagonista. McQueen no titubea en cuanto a su estilo audaz; cada elección estética está pensada, contribuyendo a la sensación de extrañeza y delirio que impregna la narrativa.

El protagonista, interpretado por la singular Dev Patel, es un personaje profundamente vulnerable y fascinante. Patel ofrece una actuación contemplativa y silenciosa, transmitiendo a través de la mirada y las expresiones faciales una gama de emociones que va desde la timidez y el miedo hasta la anhelo y, finalmente, una especie de aceptación melancólica. Su personaje no es un héroe tradicional; es un individuo que lucha con sus propios demonios internos y que se ve incapaz de conectar plenamente con el mundo que le rodea. La ausencia de diálogo en la mayor parte de la película refuerza esta idea, obligando al espectador a interpretarlo por completo basándose en la actuación física y las imágenes.

La película se beneficia enormemente de su guion, construido alrededor de la idea de una “fantasía” que el protagonista crea a partir de sus encuentros con mujeres. Estas fantasías, que van desde las más sensuales hasta las más perturbadoras, se visualizan de una manera surrealista y a menudo inquietante. Las imágenes, combinadas con el uso inteligente de la música de Sufjan Stevens, se convierten en un lenguaje propio para el protagonista, una forma de procesar sus emociones y deseos. Si bien el guion puede parecer fragmentado a primera vista, a medida que la película avanza, los elementos se unen para revelar una historia sobre el aislamiento, la dificultad de la comunicación y la lucha por encontrar una conexión significativa. No es una película que te da todo de golpe; requiere de la paciencia y la capacidad de sumergirse en su atmósfera única.

En definitiva, "El Tenorio Tímido" es una experiencia cinematográfica profundamente conmovedora y visualmente impresionante. No es una película para todos, pero aquellos que se dejen llevar por su peculiaridad y su exploración de la psique humana, serán recompensados con una obra que les perseguirá mucho después de que las luces se enciendan.

Nota: 8/10