El test (2022)

“El test” es una película que te golpea, no con la grandilocuencia de un drama épico, sino con la silenciosa y aterradora certeza de una decisión imposible. Adaptación de la obra teatral de Jordi Vallejo, se centra en la relación de un matrimonio, Mateo y Daniela, que se enfrenta a una elección con consecuencias inimaginables: un premio de 100.000 euros inmediatamente o la oportunidad de acumular un millón en diez años. La premisa, aunque sencilla en su planteamiento, se convierte en un estudio profundo sobre la ambición, el amor, el sacrificio y la naturaleza de la felicidad.

La dirección de Pablo Nunka es precisa y cautivadora. No abusa de la estética, optando por un minimalismo que refleja la confusión y la angustia de los protagonistas. La cámara se queda a menudo en silencio, observando a los actores en sus momentos de introspección. Esta elección estilística permite que la película, en lugar de bombardear al espectador con imágenes impactantes, se centre en la dialéctica interna de los personajes. El uso del sonido es particularmente efectivo, con una banda sonora discreta que se eleva a medida que la tensión aumenta, intensificando la sensación de claustrofobia y desesperación.

Las actuaciones son sobresalientes, en particular las de Eduard Fernández como Mateo y Paula Prendes como Daniela. Fernández ofrece una interpretación magistralmente contenida, transmitiendo con la mirada y los gestos la lucha interna de un hombre dividido entre el deseo de seguridad y la necesidad de un futuro mejor. Prendes, por su parte, representa la inquietud y la esperanza con una vulnerabilidad conmovedora. La química entre ambos actores es palpable, lo que permite que la complejidad de sus emociones y la fragilidad de su relación sean más comprensibles para el espectador. No son héroes ni villanos, sino dos personas humanas enfrentadas a un dilema que pone a prueba hasta los límites de su amor.

El guion, adaptado fielmente de la obra, está exquisitamente construido. La película no ofrece respuestas fáciles. No hay un “buen” o “malo” camino. La fuerza de la película reside en que nos obliga a confrontar nuestros propios valores. ¿Qué es más importante para nosotros? ¿La seguridad material o la conexión emocional? ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestro amor por el dinero, o viceversa? Vallejo, a través de su guion, plantea preguntas filosóficas que nos acompañarán mucho después de que el telón se baje. La película logra, sin caer en el melodrama, exponer las contradicciones inherentes a la condición humana.

“El test” es una experiencia cinematográfica incómoda pero profundamente resonante. No es una película que entretenga en el sentido tradicional. Requiere atención, reflexión y, quizás, que nos enfrentemos a nuestros propios miedos y aspiraciones. Es, en definitiva, una película que te deja pensando mucho después de haberla visto.

Nota: 8/10