El último voto (2008)

“El Último Voto” (The Last Vote, en su título original) es una película que, en principio, podría pasar desapercibida. Sin embargo, tras verla, resulta ser mucho más que una simple comedia política; es una exploración sutil pero impactante sobre el cambio, la conexión familiar y la capacidad de redención que reside en los lugares más inesperados. Dirigida con un toque amable por Frank Coraci, la película se centra en la transformación de Bud Johnson, interpretado con una honestidad conmovedora por Kevin Costner.

Costner ofrece una interpretación magistral. Su Bud es un hombre roto, consumido por la mediocridad y la pérdida, un hombre que ha perdido el rumbo después de la muerte de su esposa. Lo que inicialmente percibimos como un personaje cínico y desencantado, se revela gradualmente como un hombre profundamente sensible, que a pesar de su falta de interés en la política, se ve obligado a confrontar su pasado y a reevaluar su vida cuando su hija Molly, decidida a votar por la primera vez, lo introduce en el mundo de las campañas electorales. La actuación de Costner es la columna vertebral de la película, y se siente genuinamente humana y vulnerable. Madeline Carroll, en el papel de Molly, aporta una vitalidad y una inocencia que contrasta perfectamente con el desencanto de su padre. Su personaje es la fuerza impulsora de la historia, y Carroll logra transmitir la pasión por la justicia y el deseo de hacer la diferencia con una claridad admirable.

El guion, escrito por Coraci y Bill Barry, se basa en una premisa interesante y, a veces, sorprendentemente emotiva. La película no cae en la típica sátira política, sino que se centra en el impacto que una sola persona, y la interacción con su familia, puede tener en una campaña electoral. La dinámica entre Bud y Molly es el corazón de la historia, y se desarrolla con naturalidad. El ritmo es pausado, lo que permite al espectador conectar emocionalmente con los personajes y absorber las sutilezas del argumento. No obstante, algunos diálogos, especialmente en la primera mitad, pueden sentirse un poco forzados para establecer la urgencia de la campaña. La película trata temas importantes como la democracia, la participación ciudadana y la importancia de escuchar diferentes puntos de vista, pero lo hace de una manera accesible y sin ser didáctico.

La dirección de Coraci es cuidada y elegante, empleando una paleta de colores cálida que refleja el espíritu optimista de la historia. La fotografía es agradable a la vista, y la banda sonora, compuesta por Michael Baker, refuerza las emociones de cada escena. Si bien la película no ofrece giros argumentales espectaculares o momentos de acción impactantes, su valor reside en su capacidad para generar una conexión emocional con el público. “El Último Voto” es, en definitiva, una película reconfortante sobre la esperanza, la segunda oportunidad y la importancia de seguir adelante, incluso cuando parece que todo está perdido. Es un recordatorio de que el cambio puede comenzar en un lugar muy pequeño, con una sola voz y un solo voto.

Nota: 7/10