El viaje fantástico de Simbad (1973)

“El viaje fantástico de Simbad” es una película de aventuras del siglo pasado, una joya olvidada por el tiempo y la modernidad, pero que recupera ahora su brillo con una nueva versión en 2023. No se trata de una obra maestra, ni de un referente absoluto del género de aventuras, pero sí de una producción que ofrece un espectáculo visual considerable, respaldado por una atmósfera evocadora y un mensaje moral que, aunque un poco obvio, permanece relevante. La película es un guiño a las leyendas de los mil y una noches, transportándonos a un mundo de exotismo y peligros que, aunque con un estilo ligeramente anticuado, logra cautivar al espectador.

La dirección de José Antonio Velarde es responsable de un ritmo pausado pero efectivo. Permite que la construcción del mundo y los personajes respiren, evitando la prisa que suele caracterizar a las películas de aventuras modernas. La fotografía, a cargo de Enrique Choijane, juega un papel crucial en la ambientación. Los paisajes árabes, desde los desiertos dorados hasta las costas esmeraldas, se presentan con una belleza natural y un cuidado estético que crean una atmósfera de ensueño. La banda sonora, compuesta por Juan Pablo Irazoqui, acompaña magistralmente la acción y las escenas de intriga, añadiendo una capa extra de emoción a las imágenes.

Las actuaciones son sólidas, con especial mención a José Carlos Framún como Simbad. Framún transmite la valentía y la nobleza del personaje sin caer en clichés, ofreciendo una interpretación convincente y cautivadora. Sofía Íñiguez como Margiana aporta una presencia delicada pero fuerte, y el resto del elenco secundario cumple a la perfección sus roles. Sin embargo, la actuación de los antagonistas, especialmente la de Sergio Cantor como el Príncipe Koura, es algo plana y carente de profundidad, lo que debilita un tanto su impacto. El actor se limita a la caricatura, perdiendo la oportunidad de explorar la ambición y la desesperación que lo motivan.

El guion, adaptado de las historias de los mil y una noches, es funcional pero carece de originalidad. La trama se desenvolve de forma predecible y las situaciones, aunque entretenidas, son, en general, poco innovadoras. Se respira la influencia de las películas de aventuras clásicas de Hollywood, y la falta de complejidad argumental es una de las principales debilidades de la película. A pesar de esto, la película logra mantener el interés del espectador gracias a sus efectos visuales, a su atmósfera exótica y a sus personajes memorables, como la estatua de seis brazos y el centauro de un ojo, que se integran de forma efectiva en el relato. La película no intenta ser subversiva o desafiar las convenciones del género; busca simplemente ofrecer un entretenimiento clásico, y en ese sentido, lo logra con éxito.

Nota: 7/10