Eliminado: Dark Web (2018)

“Eliminado: Dark Web” no es simplemente otra película de terror, sino una experiencia cinematográfica inquietante y, en muchos aspectos, sorprendentemente efectiva. Sus creadores, quienes nos ofrecieron la perturbadora “Unfriended”, han sabido capitalizar el miedo latente que sentimos a la omnipresencia de la tecnología y la sensación de perder el control sobre nuestra propia privacidad. La película se adscribe a una fórmula innovadora, utilizando la pantalla del ordenador como ventana a un mundo oscuro y peligroso, y logrando así, una atmósfera de suspenso constante que te mantiene pegado a la pantalla, ansioso por el siguiente giro.

La dirección de Josef Lund es meticulosa y calculada. No se aferra a jump scares baratos o a la gore excesiva, sino que se concentra en construir una tensión psicológica. El uso de la cámara dentro del ordenador, captando el movimiento del ratón, la velocidad de carga de las páginas web, el brillo de la pantalla... todo contribuye a la sensación de que el espectador es un testigo, una especie de hacker observando los crímenes de un desconocido. Lund nos sumerge en la experiencia, creando una inmersión total que es a la vez efectiva y, a veces, un poco nauseabunda. La iluminación es crucial, con sombras pronunciadas y un uso inteligente del contraste para enfatizar la oscuridad y el miedo.

La película cuenta con una actuación convincente por parte de Jacob Koskela, quien interpreta al protagonista, un joven y aparentemente normal que, sin saberlo, se ve envuelto en un thriller de proporciones épicas en la Dark Web. Su interpretación es natural y honesta, transmitiendo la creciente desesperación y paranoia del personaje a medida que se adentra cada vez más en la red. El resto del elenco, aunque con menos tiempo de pantalla, ofrece interpretaciones sólidas y contribuye al peso de la trama. Es importante destacar la ausencia de diálogos largos; la historia se desarrolla principalmente a través de la acción visual y la atmósfera opresiva.

El guion, escrito por Ben Ketai y Mark Heigermeyer, es donde reside la verdadera fuerza de la película. Aunque la premisa no es revolucionaria – la idea de alguien que se conecta accidentalmente a un mundo peligroso en la Dark Web ha sido explorada antes – la forma en que se desarrolla y la lógica interna de la trama son bastante sólidas. Se evita caer en clichés y se mantiene una narrativa que, aunque a veces lenta, se vuelve cada vez más intrincada y aterradora. El guion logra plantear interrogantes sobre la responsabilidad en la era digital, el anonimato en línea y las consecuencias de nuestras acciones, dejando al espectador reflexionando mucho después de que los créditos finales hayan comenzado a rodar. Sin embargo, la conclusión, aunque efectiva, podría haber sido ligeramente más elaborada y, quizás, presentar una resolución más matizada. El final, en cierto modo, se siente como un llamado de atención más que una conclusión satisfactoria.

En definitiva, "Eliminado: Dark Web" es una experiencia cinematográfica perturbadora, inteligente y visualmente impactante. No es un terror para todos los públicos, pero aquellos que aprecien las películas que exploran temas complejos y desafían la percepción del miedo, la encontrarán una joya en la cartelera de thrillers modernos. Es una película que, sin duda, permanecerá en tu mente mucho tiempo después de haberla visto.

Nota: 7/10