Ellas (2011)

“Ellas” es una incursión delicada y, a veces, incómoda en el mundo de la prostitución femenina, presentada a través de la mirada de Anne (Juliette Binoche), una periodista de investigación con una reputación construida sobre la objetividad y el análisis frío. La película de Alice Winifrey no se conforma con una simple exposición del problema; busca, de manera inteligente y subversiva, desmantelar las ideas preconcebidas del espectador sobre la moral, la ética y el precio del conocimiento. La dirección de Winfrey es precisa y se concentra en la introspección de Anne, en su evolución personal y en la forma en que su investigación inicialmente rechaza las complejidades y las verdades incómodas de las vidas de Charlotte y Alicja (Anaïs Demoustier y Joanna Kulig).

La película no se limita a presentar un documental. Winfrey utiliza la historia de Anne como lente para explorar la dicotomía entre el dinero, el sexo y la familia, temas que se entrelazan de manera inesperada a lo largo de la trama. La actuación de Binoche es, sin duda, el corazón de la película. Logra transmitir la frustración, la incredulidad y, finalmente, la creciente empatía de Anne con una sutileza impresionante. Su interpretación no es de una mujer que ve una injusticia; es la de una mujer que se enfrenta a sus propias ideas, a sus convicciones arraigadas, y que, a través de la relación con Charlotte y Alicja, se ve obligada a reconsiderar lo que realmente importa.

El guion, co-escrito por Winfrey y Alice Zennet, es lo que realmente eleva la película. Evita los clichés del género y se adentra en las zonas grises de la ética. La película no glorifica la prostitución, ni la criminaliza de manera simplista. En cambio, muestra las razones detrás de las decisiones de Charlotte y Alicja, su necesidad de independencia, su lucha por sobrevivir y su deseo de escapar de las circunstancias que les han condicionado. La relación entre Anne y las protagonistas se desarrolla de forma orgánica, con momentos de tensión, de comprensión y, en ocasiones, de desconfianza. La película también aborda, aunque de manera implícita, las estructuras sociales que perpetúan la desigualdad y la marginalización.

A pesar de su tratamiento inteligente y su sólida dirección, “Ellas” no es una película fácil de ver. Su ritmo pausado y la ausencia de un melodrama convencional pueden frustrar a algunos espectadores. Sin embargo, esta deliberada lentitud permite al público absorber la complejidad de los personajes y a reflexionar sobre las cuestiones que plantea. Es una película que te permanece en la mente mucho después de que los créditos finales han terminado. Es un trabajo potente y provocador, que nos obliga a cuestionar nuestras propias suposiciones y a abrirnos a las experiencias de los demás. Es una obra que merece ser vista y discutida, no por su fácil entretenimiento, sino por su valiosa contribución al debate sobre temas importantes.

Nota: 8/10