Elles étaient cinq (2004)

“Elles étaient cinq” no es simplemente un thriller; es un descenso lento y meticuloso a la psique de cinco mujeres marcadas por un pasado que las atormenta. La película, dirigida por Isabelle Leblanc, logra construir una atmósfera de tensión palpable desde el primer momento, gracias a un trabajo de puesta en escena que prioriza la inmersión en la angustia y el miedo, más que en la acción directa. No se trata de un espectáculo de terror, sino de una exploración dolorosa de la culpa, el secreto y las consecuencias devastadoras de un crimen no resuelto.

La película no se enfoca en recrear la escena del crimen en sí, sino en las reverberaciones emocionales que esta ha dejado en las vidas de las protagonistas. El guion, escrito por Leblanc y Anne-Marie Labbe, se centra en el proceso de investigación, no como una búsqueda de culpables, sino como una manera de confrontar el trauma colectivo. La dirección de Leblanc es soberana en la forma en que maneja el tiempo, saltando entre el presente, la memoria fragmentada y las visiones inquietantes que atormentan a Manon, la única que parece consciente de la conexión entre el pasado y el presente. Estos saltos temporales, aunque a veces pueden resultar un poco confusos, funcionan como un mecanismo para revelar la complejidad de las relaciones entre las amigas y la oscuridad que acecha en sus corazones.

Las actuaciones son excepcionales. Julie Deslauriers, Ingrid Falaise y Brigitte Lafleur ofrecen interpretaciones particularmente convincentes, transmitiendo la fragilidad, la desesperación y el resentimiento que se esconden tras sus máscaras. Su capacidad para expresar la angustia silenciosa y el miedo latente es fundamental para el éxito de la película. La presencia de Sophie Lallemand como Manon, la encargada de forjar el vínculo entre el pasado y el presente, es crucial. Lallemand logra comunicar la intensidad de la visión que la impulsa, un deseo visceral de justicia y reconciliación. Jacinthe Laguë, a pesar de tener un papel menos prominente, aporta una vitalidad que contrasta con el peso del pasado.

Sin embargo, la película no está exenta de matices. En ocasiones, la insistencia en la atmósfera sombría puede resultar un poco agotadora. Además, el ritmo, deliberadamente pausado, podría no ser del gusto de todos. No obstante, “Elles étaient cinq” es una obra de arte cinematográfico que invita a la reflexión. Más allá de la trama, explora la naturaleza humana, la capacidad de redención y la complejidad de las amistades, revelando que, a veces, los secretos más oscuros residen en los lugares más inesperados. Es una película que permanece en la mente mucho después de que los créditos finales han comenzado a rodar, generando preguntas inquietantes sobre el precio de la verdad y el peso del silencio.

Nota: 8/10