“Ellos” no es una película que te deja con respuestas fáciles, ni con un final satisfactorio en el sentido tradicional. Más bien, es una experiencia inquietante, un susurro constante de paranoia que te envuelve desde el primer momento y que, a pesar de su ritmo pausado y a veces deliberadamente lento, consigue generar una atmósfera de suspense genuina. La película, dirigida por Christian Vincent, explora la fragilidad de la seguridad y la naturaleza destructiva de la duda, temas que resonan con fuerza en la sociedad actual, donde la vigilancia digital y la desconfianza se han convertido en elementos omnipresentes.
El guion, adaptado de la novela homónima de Harlan Coben, se centra en la progresiva desintegración de la pareja Clémentine y Lucas, sumergidos en un ambiente de creciente sospecha. La premisa, aunque inicialmente puede parecer sencilla, se construye con maestría, utilizando flashbacks fragmentados que van revelando las posibles razones detrás de la amenaza que les acecha. Vincent evita caer en el melodrama barato, y en su lugar, se concentra en la construcción psicológica de los personajes y en la descripción minuciosa de sus estados emocionales. La narrativa, aunque a veces se arrastra, ofrece giros inesperados y mantiene al espectador en vilo, cuestionando constantemente las verdades aparentes y obligándolo a dudar de todo y de todos.
Las actuaciones son sobresalientes, con un Eleanor Soper especialmente convincente como Clémentine, transmitiendo con sutileza el miedo, la angustia y la creciente desesperación de su personaje. Joana Pascual, como Lucas, aporta una vulnerabilidad palpable a su papel, mostrando la lucha interna del escritor para mantener la cordura ante las circunstancias que le rodean. El reparto secundario también cumple a la perfección, creando personajes secundarios que contribuyen a la atmósfera de incomodidad y desconfianza. Sin embargo, es la dirección de Vincent lo que realmente eleva la película. Su uso de la cámara es preciso y efectivo, empleando planos largos y encuadres que intensifican la sensación de claustrofobia y la desorientación de los protagonistas. El sonido, cuidadosamente diseñado, juega un papel crucial en la creación de la atmósfera, utilizando sutiles efectos de sonido y silvencias que generan una sensación constante de alerta.
No obstante, “Ellos” no está exenta de fallos. Algunos giros argumentales, aunque bien ejecutados, pueden resultar un poco forzados, y la resolución final, aunque lógica, no llega a ser del todo impactante. Además, el ritmo lento puede resultar tedioso para algunos espectadores, y la película carece de las grandes escenas de acción que podrían haberle dado mayor dinamismo. Pero, en definitiva, “Ellos” es una película inteligente y bien hecha, que explora temas relevantes con una mirada honesta y sin concesiones. Es una película que te hace pensar, que te mantiene en vilo y que te deja con una sensación inquietante mucho después de que los créditos finales hayan comenzado a rodar.
Nota: 7/10