Elmo en el país de los Gruñones (1999)

“Elmo en el País de los Gruñones” es una película que se presenta como una inmersión en el universo infantil de Barrio Sésamo, pero que, en realidad, resulta ser un ejercicio de nostalgia cuidadosamente orquestado y, a veces, un tanto pretencioso. La premisa, simple y directa, es suficiente para atraer a los más pequeños: Elmo, fiel a su naturaleza entrañable, pierde su preciada manta azul y, al caer en el País de los Gruñones, se embarca en una misión para recuperarla. Sin embargo, la película se eleva mucho más allá de esta premisa básica, aunque no siempre con la mayor elegancia.

La dirección de Dan Burr y Kirk Culloden logra recrear fielmente el estilo visual de la serie, manteniendo la vibrante paleta de colores, los personajes reconocibles y la sensación de calidez inherente a Barrio Sésamo. No obstante, a veces se siente que la estética se convierte en un fin en sí mismo, en lugar de un medio para contar una historia convincente. Hay momentos en los que la cámara se queda demasiado tiempo en planos que simplemente muestran el colorido y la animación, sin aportar ninguna información valiosa a la narrativa.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Jim Parsons, quien da voz a Elmo, mantiene la voz original y la esencia del personaje, transmitiendo tanto la alegría como la vulnerabilidad del pequeño monstruo. Las voces de los otros personajes de Barrio Sésamo, como Cookie Monster, Big Bird y Oscar, son también convincentes. Sin embargo, algunos diálogos, especialmente aquellos dirigidos a los niños, son excesivamente didácticos y, a veces, redundantes. Se intenta transmitirles conceptos como la amistad y la importancia de aceptar las diferencias, pero lo hace con una repetición constante que puede resultar contraproducente.

El guion, sin duda, es el punto débil de la película. Si bien la idea de un mundo donde los monstruos están de mal humor es interesante, la ejecución es poco inspirada. Los problemas que enfrentan los personajes son, en su mayoría, triviales y poco originales. La trama principal, el rescate de la manta azul, es predecible y se resuelve de forma rápida y sin grandes complicaciones. Se intenta introducir elementos de humor, pero muchos de ellos son visuales y basados en juegos de palabras que no son tan efectivos como podrían ser. En cuanto a la banda sonora, es alegre y pegadiza, pero, como en el resto de la película, se siente un poco genérica y predecible. El mensaje subyacente, aunque positivo, se siente un poco forzado y, a veces, moralizante, perdiendo parte de su impacto emocional.

A pesar de sus fallos, “Elmo en el País de los Gruñones” posee una calidez inherente que, en última instancia, la hace agradable para los niños. Es una película que probablemente les recordará a la serie de televisión que los ha visto crecer y les brindará un rato de entretenimiento. Sin embargo, no es una obra maestra del cine animado y, a veces, se siente más como un anuncio promocional de Barrio Sésamo que como una película digna de una gran atención.

Nota: 6/10