Empire (2002)

“Empire” es un esfuerzo cinematográfico que, en su intento de combinar elementos de drama criminal con un toque de comedia, termina resultando un tanto carente de sustancia. La película, dirigida por William Lustig (conocido principalmente por su trabajo en “La Mosca”), ostenta un presupuesto modesto pero pretende ofrecer una visión satírica y provocadora del ascenso al poder en el mundo del narcotráfico. Sin embargo, la ejecución de esta ambición se ve socavada por un guion que, a pesar de contar con personajes iniciales atractivos, se deja llevar por clichés y diálogos a menudo forzados.

John Leguizamo, en el papel de Víctor Rosa, ofrece una interpretación carismática y sin tapujos, capturando la arrogancia y el afán de éxito de este joven magnate de la droga. Leguizamo, con su habitual energía y presencia escénica, logra transmitir la ambición desmedida de Victor, aunque el personaje en sí mismo no es particularmente original. Las actuaciones de Delilah Cotto como Carmen y Denise Richards como Trish son correctas, aunque no logran destacar realmente. Peter Sargaard, como el inversor Jack, aporta cierta credibilidad al papel, aunque su personaje se siente un tanto plano y unidimensional.

La dirección de Lustig, aunque no es particularmente innovadora, se centra en crear una atmósfera de lujo y decadencia que contrasta con el negocio ilegal que sustenta el imperio de Víctor. La fotografía es decente, con escenas bien iluminadas y un uso efectivo del color para simbolizar la opulencia y el peligro. Sin embargo, la película carece de un estilo visual distintivo que la haga memorable. La banda sonora, aunque contemporánea, se integra de forma discreta en la narrativa, sin aportar una dimensión emocional significativa.

El guion es, sin duda, el punto más débil de “Empire”. La trama se desarrolla a un ritmo desigual, con momentos de tensión y comedia que no se conectan adecuadamente. El tratamiento de los temas sociales, como la corrupción, la desigualdad y la lucha por el poder, es superficial y carente de profundidad. Las motivaciones de los personajes a menudo son poco claras, y el desarrollo de las relaciones entre ellos es precario. La comedia, en su mayoría, se basa en situaciones embarazosas y diálogos ingeniosos, pero carece de un verdadero corazón o mensaje. La película intenta satirizar el capitalismo y la ambición, pero lo hace de forma simplista y poco convincente.

En definitiva, “Empire” es un esfuerzo decepcionante que no logra cumplir con sus ambiciones. A pesar de contar con un protagonista carismático y un presupuesto modesto, la película se ve afectada por un guion frágil y una dirección poco inspirada. Podría ser un entretenimiento pasajero, pero no deja una impresión duradera. Se queda en la memoria como un intento fallido de ser algo más de lo que es.

Nota: 5/10