En el frío de la noche (2013)

“En el frío de la noche” es un thriller tenso y, paradójicamente, inquietante que, aunque no alcanza la brillantez de algunos de sus predecesores, logra mantener al espectador al borde del asiento gracias a una atmósfera opresiva y a las sólidas actuaciones de su reparto principal. La película, dirigida con mano firme por Robert Clark, se centra en un drama de supervivencia con un trasfondo de corrupción policial y la vulnerabilidad de las mujeres en situaciones extremas. La película no busca sorprender con giros argumentales sorprendentes, sino que se concentra en la construcción gradual de la tensión, un elemento que, en mi opinión, es su mayor fortaleza.

Bryan Cranston ofrece una actuación especialmente convincente como el criminal ciego, Frank, un hombre marcado por la tragedia y la soledad, que encuentra en la joven motelera, Sara (Alice Eve), una inesperada oportunidad de redención. Cranston evita los clichés del villano cruel y frío, presentando a un personaje complejo, atormentado y con una vaga humanidad que le permite al espectador empatizar, aunque sin justificar sus acciones. Alice Eve, por su parte, transmite con naturalidad y fuerza la desesperación de Sara, una mujer que se ve obligada a enfrentar sus miedos más profundos y a luchar por la supervivencia de su hija. La química entre ambos actores es palpable, lo que intensifica el drama y la sensación de peligro constante.

El guion, firmado por Christopher Grau, se destaca por su ritmo pausado y su enfoque en la relación entre Sara y Frank. La película no se dedica a explicaciones innecesarias ni a justificaciones detalladas de las motivaciones de los personajes. En cambio, se centra en el desarrollo de la relación de dependencia que se establece entre ellos, un vínculo forjado en la necesidad y el miedo. La ambientación, la fotografía en tonos grises y la utilización de la niebla como elemento simbólico contribuyen a crear un ambiente sombrío y claustrofóbico, que refleja la desesperación de los personajes y la amenaza inminente. Sin embargo, la trama se vuelve algo predecible en los últimos actos, con un desenlace que, aunque satisfactorio, carece de la originalidad que se esperaba tras el resto del desarrollo.

No obstante, “En el frío de la noche” no es una obra maestra del cine thriller. Se trata de un thriller psicológico que se beneficia de la excelente dirección y de las actuaciones de sus protagonistas. Aunque la trama tiene momentos de debilidad y la resolución podría ser más elaborada, la película ofrece una experiencia visualmente atractiva y un retrato realista de la lucha por la supervivencia en un entorno hostil. El peso de la niebla, tanto literal como metafórica, se siente en cada escena, reflejando la oscuridad que impregna las vidas de los personajes y el peligro que acecha en la carretera desolada. Es un thriller que se disfruta más por su atmósfera y su inquietante intensidad que por su complejidad narrativa.

Nota: 7/10