“En la cuerda floja” no es simplemente un biopic; es una inmersión profunda y dolorosa en la vida de Johnny Cash, un viaje a través de sus tormentos, su genialidad y su búsqueda incesante de redención. La película, dirigida con maestría por Jay Russell, se distancia de la glorificación excesiva a menudo asociada a las biografías musicales, optando por un retrato más honesto y complejo del “Man in Black”. La fotografía de Maryse Alberti es sublime, utilizando la luz y la sombra para evocar tanto la melancolía de los primeros planos de Cash como el vibrante pulso de sus conciertos de estadio. El uso del negro y blanco durante los flashbacks a su infancia en Arkansas crea una atmósfera cruda y auténtica, conectando inmediatamente al espectador con la dureza de sus orígenes.
La actuación de Joaquin Phoenix es, sencillamente, excepcional. Phoenix no solo imita la voz y la apariencia de Cash, sino que captura con precisión su esencia, su vulnerabilidad y su innegable intensidad. Su interpretación es cautivadora, transmitiendo la profunda lucha interna del personaje, su adicción a la heroína y su constante batalla contra la oscuridad. Es un trabajo de transformación total, una demostración de la versatilidad del actor. El resto del reparto secundario, incluyendo Riley Keough como June Carter, aporta una gran fortaleza a la narrativa, logrando un equilibrio perfecto en la dinámica familiar de Cash. La relación con June, una fuerza vital en su vida, se presenta con una honestidad palpable, resaltando el impacto crucial que ella tuvo en su desarrollo personal y artístico.
El guion, adaptado de la autobiografía de Cash, se centra menos en los hechos más conocidos y más en las emociones y las motivaciones que impulsaron al artista. Se exploran con profundidad sus traumas infantiles – la muerte de su padre, su infancia abandonada – y cómo estos eventos moldearon su visión del mundo. La película también aborda su carrera musical con un enfoque en el proceso creativo, las giras caóticas y las relaciones complejas que mantuvo con otros grandes de la música country. El concierto de Folsom Prison, un momento icónico en la historia de Cash, se presenta no solo como un evento musical monumental, sino como un símbolo de su redención y su capacidad para conectar con el público a través de su música. No obstante, el ritmo de la película es a veces pausado, quizás demasiado, y algunas escenas podrían haberse beneficiado de una mayor tensión dramática para mantener al espectador completamente enganchado. Sin embargo, esta deliberada lentitud sirve para permitir que los personajes resalten y que el espectador se sumerja en su mundo.
En definitiva, "En la cuerda floja" es una película impactante, conmovedora y visualmente deslumbrante. Es un homenaje a un artista legendario que trascendió el género y que, a pesar de sus demonios, dejó un legado musical imborrable. Es una experiencia cinematográfica que vale la pena vivirla.
Nota: 8/10